viernes, 2 de noviembre de 2018

"Pérez Castellano, un linaje colonial"


María Elisa Mitre Noales de Larreta-Anchorena Sánchez Álzaga


Montevideo no era nada -mejor dicho: casi nada- cuando Felipe Pérez de Sosa y su familia integrada por su segunda mujer e hijos del primer matrimonio con Inés de Armas, saltaron a tierra desde el navío aviso Nuestra Señora de la Encina el martes 19 de noviembre de 1726. 





Tuvieron que esperar todavía casi un mes para que Millán diagramara la futura ciudad sobre la península y se dignara repartir los solares entre los arriesgados pobladores a quienes la Corona premiaba con la pomposa declaración de "hijosdalgo de solar conocido".

A don Felipe le tocó un espléndido solar de media manzana sobre la calle de San Fernando - hoy Juan Carlos Gómez entre 25 de Mayo y Cerrito -mirando al oeste, donde construyo su vivienda de paredes de piedra y techo de tejas. También le dieron una chacra sobre el Miguelete que llegaba hasta el Pantanoso -aproximadamente entre lo que ahora son las calles Ariel y Millán- donde plantó frutales y cultivó trigo. Y todavía, cuando mejoró su fortuna, compró una estancia en los Cerrillos.

Don Felipe venía del Sauzal, en las Islas Canarias, al igual que María de la Encarnación Barroso, su segunda mujer. Tenía treinta y ocho años cuando llegó y era seguramente un hombre vigoroso y emprendedor. Después demostró tener un prodigioso apego a la vida: se casó aquí todavía dos veces más. Al fin, el ilustre hortelano, hijodalgo, y poblador se murió de viejo en julio de 1767, octogenario y quebrado por achaques que le hubieran impedido soportar un solo invierno más.

De su hijo, Bartolomé Pérez de Sosa y Armas, se inicia el linaje de los Pérez Castellano. Había venido con su padre, madrastra y hermanos a los once años y muy poco después, todavía adolescente, en noviembre de 1730 pudo demostrar todo lo corajudo y hérculo que ya era cuando una turbamulta de indios minuanes asaltó los campos circunvecinos y él con otros mozos de la ciudad tuvo que encargarse de restituir los ganados dispersos a sus propietarios. El 15 de mayo de 1741 el Cura Párroco don José Nicolás Bárrales, casaba a Bartolomé, de 26 años, con Ana María Castellano -para nada emparentada con los otros Castellanos, los de Salta, que más tarde serían acá otra estirpe histórica -, oriunda de Tenerife, llegada con sus padres, Juan Alonso Castellano y María de La Encarnación de Mena, en 1729, con el lote de pobladores de la segunda colonización canaria.

A pesar de sus pocos estudios, desempeñó funciones como Fiel Ejecutor en 1731, 1734 y 1741, Alcalde de 2" Voto en 1735, Alférez Real en 1736 y 1746, Depositario General en 1752 y 1755 y no obstante no saber firmar, fue el fundador de un linaje que dio al Uruguay, varias generaciones históricas. Desde joven el colono Bartolomé tenía una gran sed de superación y no perdiendo tiempo se hizo conceder por el Rey una estancia  en la hoy 3ra Sección de San José, a lo largo de las tierras pasturas  que descienden  por las últimas estribaciones  de la cuchilla de Carreta Quemada, entre el arroyo de este nombre y el Chamizo, que él y sus descendientes poblaron de ganado, esclavos, ranchadas, corrales, barracones, y cobertizos y hasta erigieron una espléndida casa de azotea, monumental latifundio que durante un siglo largo alimentó una de las fortunas más respetables del patriciado vernáculo. Su mujer, muere en Montevideo, el 25 de Marzo de 1798, siendo sepultada al día siguiente en el Cementerio de la Iglesia Matriz, con entierro mayor, asistencia de toda la clerecía con dalmáticas y tres misas cantadas, mientras que Bartolomé, al igual que su padre, fue otro milagro de longevidad y apego a la vida: murió en sus campos de Carreta Quemada, a los noventa y dos años, ciego y ya desvinculado definitivamente de un mundo que él había contribuido a formar y que no tardaría en desplomarse cuando muy poco después la revolución abriera camino a mutaciones que el antiguo oficial real español jamás hubiera llegado a entender. Siendo sepultado en el Cementerio de la Iglesia de San José, el 24 de abril de 1807.

Del matrimonio de Bartolomé con Ana María Castellano nació la estirpe Pérez Castellano, integrada por:

José Manuel Pérez Castellano, nacido el 19 de marzo de 1743, quien entre 1762 y 1766 estudió en el Colegio de Montserrat de Córdoba "artes útiles" y teología, de donde egresó con los títulos de Maestro en Artes y primer Doctor en Teología. De regreso a Montevideo en 1767, fue uno de los primeros intelectuales -el primer naturalista que tuvo el país-, luego jurisconsulto, Comisario de la Santa Cruzada, Miembro de la Junta de Temporalidades, Consultor del Cabildo y Cura Párroco de Montevideo. En 1773 compró una chacra a orillas del arroyo Miguelete, la cual trabajó hasta su muerte, y que se convertiría en una estación experimental. Desde el punto de vista científico, Pérez Castellano fue un transformista, no indentificándose con ninguna de las corrientes científicas de la época. Fue él quién donó su casa y sus libros para fundar la primera biblioteca pública en el Uruguay. Perpetúan su memoria: una calle que lleva su nombre en la parte vieja de la ciudad y una placa a la entrada de la Santa Iglesia Catedral, que reza así: "Su nombre está escrito en piedra en el libro de la vida". El Presidente General Don Manuel Oribe, mandó editar sus trabajos, frutos de una larga y paciente experiencia, sobre los cultivos a que mejor se adapta el suelo del Uruguay, en la chacra que poseía en el Miguelete. El Dr. José Manuel Pérez Castellano, falleció en Montevideo el 5 de septiembre de 1815.

Felipe Pérez Castellano, Teniente Coronel, nacido en Montevideo el 16 de mayo de 1745, "Obtuvo siempre las consideraciones de un vecino distinguido y varios cargos concejiles con la condecoración de Comandante de Caballería de éstas campañas hasta la entrada de los ingleses en 1807, murió ciego a una edad avanzada, siendo recordado por sus compatriotas y amigos sus virtudes, circunspección y la decencia de toda su persona, recibiendo sepultura eclesiástica sus restos, en el Cementerio de la Iglesia Matriz, el 4 de septiembre de 1822. Había casado en la Iglesia Matriz de Montevideo el 3 de diciembre de 1770, con Doña María Natividad de Pagola y Burgues, nacida en Montevideo el 8 de septiembre, día de la Natividad de Nuestra Señora del año 1750, fallecida allí en plena juventud el 18 de agosto de 1789, dejando el recuerdo de sus virtudes cristianas, siendo sepultada con entierro mayor y asistencia de la clerecía, en el Convento de San Francisco. Hija de Don Francisco de Pagola, natural de la villa de Albistur, en la Provincia de Guipúzcoa, dónde fuera bautizado el 4 de Marzo de 1708, y vecino de Montevideo desde 1733, desempeñando allí funciones como Alguacil Mayor en 1744. Fiel Ejecutor en 1748. 1751 y 1759, Depositario General y Alférez Real en 1756, falleció en Montevideo el 30 de mayo de 1777 y fue sepultado en el Cementerio del Convento de San Francisco, casado en la Iglesia Matriz de Montevideo el 6 de mayo de 1741, con Doña María Martina Burgués y Carrasco, nacida en Buenos Aires y bautizada en La Merced, el 14 de abril de 1727, hija del vecino poblador Jorge Burges, primer poblador civil de esta ciudad, cabildante y personaje de vasta actuación en los tiempos fundacionales, y de María Martina Carrasco Melo-Coutinho, de vieja prosapia hispano-criolla, descendiente de Juan de Melo Coutinho, heredero y nieto del primer Donatario de Espírito Santo, llegado a Sudamérica para administrar su territorio el 23 de marzo de 1535, enraizando su linaje con una interminable nómina de monarcas europeos del medioevo.

De tal ascendencia, tales retoños, siendo sus hijos:

Manuela Josefa Gabina Pérez Pagola, quien había nacido en Montevideo, el 19 de febrero de 1784 y fue bautizada al día siguiente, por el Teniente Cura y Beneficiado de Evangelio de la Iglesia Matriz, Don Pedro de Pagola, que era su tío, actuando como padrinos D. Manuel Díaz Valdés y Da. Juana María de Elizondo, prima hermana de la bautizada. Misma ciudad donde entregó su mano en matrimonio el 3 de febrero de 1806, al entonces Teniente de la Cuarta Compañía del Tercer Regimiento de Buenos Aires, Nicolás de Vedia Ramallo, nacido el 17 de enero de 1771 en Montevideo, mismo lugar donde quedó registrado su bautismo el 19 de enero de 1771, en la Catedral Metropolitana. Hijo de don Joaquín Pablo de Vedia y la Quadra y de doña MaríaTeresa Ramallo y García de Orcaxo, casados el 12 febrero de 1763, bendiciendo la unión el Presbítero Don Domingo Calleros , antes los testigos Don Manuel Durán y Don Miguel Ignacio de la Quadra.

Gente distinguida eran estos de Vedia, luciendo las armas de la Casa de Vedia, en campo de oro tres bandas de gules y brochante sobre ellas, el león rampante bandado del uno, y del otro esmalte, bordura de gules cargada de cadena eslabonada de oro. Sobre el yelmo la leyenda: 'LUZ VAN DANDO", en letras de oro sobre cintas de gules. Don Joaquín Pablo de Vedia y la Quadra, el padre del novio, fue el primer representante de su linaje en el Río de la Plata, fuera de toda duda, era un hombre íntegro, altivo, valiente y decidido, aunque un tanto audaz y rebelde y como muchos otros de su estirpe, difícil de doblegar, ademas de todo eso, era un hombre culto, sobre todo para su tiempo y en el ambiente que le tocara actuar. Entre los cargos públicos que ocupó en la ciudad de San Felipe y Santiago de Montevideo, se desempeñó como Oficial Mayor de Correos, Escribano, Secretario y luego Asesor de la Junta de Temporalidades, Interventor del Puerto, Gobernador de Armas. Síndico Procurador del Cabildo y Alcalde de 2do Voto.

Por su parte, don Nicolás abrazó la carrera de las armas y en su calidad de Oficial del Batallón Fijo, se batió con brillo en las Invasiones Inglesas, cayendo prisionero de guerra cuando la plaza de Montevideo fue tomada por asalto por Sir Samuel Auchmuty. Conducido como tal a Inglaterra y luego trasladado a España, tuvo oportunidad de batirse en defensa de la madre patria, encontrándose en algunas acciones de la guerra que ésta sostenía con Napoleón. De vuelta al Río de la Plata, fue uno de los precursores de la Revolución de Mayo, y uno de sus más entusiastas defensores. Miembro de la Sociedad de los Siete y asistente al Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810. Hizo las campañas del Uruguay y del Paraguay con Belgrano, y la del Alto Perú con Rondeau, y acompañó a San Martín en sus campañas libertadoras de Chile y del Perú. Como segundo de Alvear, recibió de manos del General español Vigodet, las llaves de la ciudad de Montevideo, en la memorable jornada del 20 de junio de 1814. Contribuyó a la elevación de Pueyrredon como Director Supremo de las provincias Unidas del Río de la Plata, y organizó con Don Juan Manuel de Rosas, en 1828, la resistencia contra el gobierno de Lavalle. Era amigo de Balcarce, y clasificado por Rosas como ¨lomo negro¨ se vio obligado a emigrar a Montevideo. Durante la ¨Guerra Grande¨, no obstante su avanzada edad, prestó su concurso en la defensa de esa plaza, sitiada por el ejército del general Don Manuel Oribe. El General Vedia era hombre de vasta ilustración, distinguido humanista, conocedor a fondo de la historia, dominaba varios idiomas y estaba al tanto del movimiento literario universal, todo lo que permitió que se dijera de él, que era uno de los pocos intelectuales y uno de los hombres más distinguidos de su época. Falleció en Montevideo el día 3 de diciembre de 1852 a la una y cuarto de la tarde, y a los 81 años de edad.

Distinguida es la descendencia que queda de este matrimonio, once fueron sus hijos: Joaquín, Juan Gualberto; Mariana, José Joaquín; Mariano, María Luisa; Froylano, Delfina; Enrique; Gualberto Cicerón; y Julio Fabián.

Joaquín Felipe Olalla de Vedia Pérez, había nacido el 12 de febrero de 1807, en Carreta Quemada, San José, Uruguay. Militar que ingresó a dicha carrera en 1826 al incorporarse al Regimiento de Artillería ligera al mando de Tomás de Iriarte. Asistió a la batalla de Ituzaingó en 1827 y a la de Las Cañas, por las que fue condecorado. En 1828 fue promovido a teniente 2° del Batallón de Artillería Oriental. En 1831 volvió a revistar como integrante del ejército de la provincia de Bs.As., con la jerarquía de ayudante mayor. En 1834 fue de nuevo incorporado al ejército oriental, peleó en 1836 cuando sobrevino la revolución encabezada por el General Rivera. Se halló en la retirada de Yí y en la batalla de Cagancha a las órdenes de Rivera. Muere heroicamente con el grado de Coronel Mayor, en la sangrienta jornada de Arroyo Grande, el 6 de diciembre de 1842. Había casado con Magdalena Pérez Calatayud.

Juan Gualberto Cicerón de Vedia Pérez, Militar nacido en 1808, designado por decreto del 10 de agosto de 1827, Teniente de Artillería, cargo que ocupaba al momento de su muerte en plena juventud tras sufrir un accidente.

Mariana del Rosario Bruna Josefa de Vedia Pérez, nacida el 6 de octubre de 1810 en Buenos Aires, de quien se cuenta que fue poseedora de una extraordinaria belleza, así lo mencionaba Santiago Calzadilla en su tan recordada obra "Las beldades de mi tiempo", en la que alude a ella como bellísima señora. Muere el 27 de marzo de 1867, a los 56 años de edad en la ciudad de Buenos Aires, esa misma que la vio contraer matrimonio con el Lisboeta, Juan Carlos Baratta Baratta, y ser padres de tres hijos, Juan Carlos, María Enriqueta y Mariana Delfina, los tres con descendencia.

José Joaquín de Vedia Pérez, militar al igual que su padre, fue Sargento Mayor, ayudante del General Paz en la Campaña de 1840, así como figuró con brillo en las luchas de la organización nacional, batiéndose en Cepeda y en Pavón. Había nacido en Buenos Aires, el 19 de marzo de 1811, y casado con su pariente el 6 de octubre de 1835, en Montevideo, Uruguay, con María Luisa Correa Aldecoa, quien nació en esta ciudad el 13 de marzo de 1813, hija de Juan Correa Vieyra de Carvalho, oriundo de Braga, Portugal y de María Luisa Petrona Aldecoa Pérez-Castellano, nieta de Antonio de Aldecoa Garaigorta y Luisa Martina Pérez Castellano.

Los hijos de este matrimonio fueron:

María Luisa de Vedia Correa, nacida el 29 de abril de 1836, en Montevideo, casó con su pariente José Vidal Quincoces, hijo de Manuel Vidal y Medina, nacido el 20 de noviembre de 1790 y de Narcisa Quincoces Aldecoa. Sobrino de paterno del Clérigo y político oriental Dr. Mateo Vidal y Medina,  y político oriental, electo diputado por la Banda Oriental ante la Asamblea del Año XIII y miembro del Congreso Constituyente convocado en 1824 que dio sanción a la Constitución Argentina de 1826, como también de José Vidal y Medina, Regidor del Cabildo de 1815 y más tarde Senador de la República desde 1839 hasta 1843. Nieto paterno de aquel conspicuo personaje colonial llamado don Mateo Vidal Calés, andaluz, de Sanlúcar de Barrameda, casado el 2 de febrero de 1768, con Juana de Medina Castellano. Hombre inquieto éste Mateo, quien fuera Capitán de Milicia de Caballería, también Depositario del Cabildo en 1774, Síndico Procurador en 1778 y 1781, Alférez Real en 1788, 1794, y 1801, Alcalde de Primer Voto en 1791 y Regidor Decano en 1799, además de rico propietario, dueño de inmuebles  en el perímetro urbano de Montevideo, de caudalosas extensiones de campo sobre el Yí en Durazno, o el Queguay en Paysandú, adquiridas en sociedad con su cuñado Juan de Medina.

Amalia Juana Cristina de Vedia Correa, nacida el 31 de octubre de 1839, en Montevideo, Uruguay.

Mariana Josefina de Vedia Correa, nacida el 21 de enero de 1842, en Montevideo, Uruguay.

Agustín Nicolás de Vedia Correa, nacido el 10 de enero de 1843, en Montevideo, Uruguay, fue periodista, fundador de los Diarios "La Aurora" y "La Democracia de Montevideo", Diputado y combatiente en filas blancas, pese a la tradición unitaria de sus mayores. Casado en Buenos Aires el 17 de octubre de 1862, con Carolina del Carmen Villademoros Correa, nacida el 22 de abril de 1830, en Buenos Aires, viuda de su tío Isabelino Villademoros y Palomeque.

Distinguida sucesión deja este matrimonio en sus hijas Micaela y Dolores:

Micaela de Vedia Villademoros, nacida el 8 de mayo de 1865, en Montevideo, unida en matrimonio en Buenos Aires el 1 de enero de 1890, con su primo tercero Enrique de Vedia Videla, nacido el 6 de enero de 1867, en Buenos Aires, hijo de Julio Fabián de Vedia Pérez y Lastenia del Carmen Videla Díaz. Padres de Delfina de Vedia y Vedia, quien nació un 4 de diciembre de 1891, y recibió los óleos bautismales el 6 de abril de 1892, en la Basílica San José de Flores de Buenos Aires, oficiando el sacramento el presbítero don Manuel Bruzzone, siendo sus padrinos don Julio de Vedia y doña Mariana Lorente de Micoud.

Dolores de Vedia Villademoros, nacida en  Buenos Aires, casada con el Médico y Profesor Universitario, Lautaro Durañona Braga, hijo de Mateo de Durañona del Arca y Felizarda Braga Jáuregui.

Padres de:

Álvaro Mateo Agustín Durañona y Vedia, nacido el 11 de noviembre de 1897, ciudad de Buenos Aires, misma ciudad donde formó otro hogar patricio al tomar la mano en matrimonio de Susana Vieyra Sánchez Viamonte, el 13 de junio de 1935. Hija de Jaime Vieyra Gunther y Bernabela del Carmen Sánchez-Viamonte Molina-Salas. Padres de Álvaro de Durañona y Vedia Vieyra, nacido el 17 de julio de 1940, en Buenos Aires.

Lautaro Alberto Durañona y Vedia, nacido el 21 de noviembre de 1899, ciudad de Buenos Aires, unido en matrimonio a María Elena Rivas Argüello. Matrimonio ascendente de las familias:
Durañona y Vedia Rivas; Fernández Durañona; Fernández-Durañona Pieres; de Durañona Vedia Martelli; Videla-Dorna Durañona y Vedia, entre otras.

Jorge Augusto Durañona y Vedia, nacido el 12 de febrero de 1901, Buenos Aires, casado con Manuela Lasthenia de Vedia, nacida el 24 de julio de 1915. Padres de María Dolores Alicia, Jorge, y Francisco Lautaro Julio Delfino Nicolás de Durañona y Vedia Vedia, quien nació el 17 de septiembre de 1944 en Buenos Aires.

Agustín Alejandro Durañona y Vedia, nacido el 29 de febrero de 1904, Doctor en Ciencias Físicas. Profesor universitario, quien contrajo matrimonio con Alicia del Carmen Lascano García-Vieyra, nacida el 11 de octubre de 1902. Padres de Agustín Durañona y Vedia Lascano, marido de Susana Marta B. Uzal Urtubey, nacida en 1935, hija de Samuel Uzal Escobar y Susana Urtubey Sienra. Padres de: Agustín Samuel Durañona y Vedia Uzal-Urtubey, casado con  Alcira Galíndez Matienzo, cd; y de Carolina Durañona y Vedia Uzal-Urtubey, mujer de Francisco Bayá Casal Oyuela, cd.

Alvaro Mateo Durañona y Vedia.

Leopoldo Agustín Durañona y Vedia.

Dolores Felizarda Durañona y Vedia, nacida el 15 de Agosto de 1908, casada con Lorenzo de Vedia Vedia, médico de profesión. Padres de: Lorenzo, Juan Manuel, Dolores, y del gran periodista, figura indisociable del Diario "La Nación", don Bartolomé de Vedia y Durañona, nacido el 6 de noviembre de 1935, en Buenos Aires, quien tomó la mano en matrimonio de Esther Olivera Vedia, hija de Nicanor Alberto Olivera Molina y Carolina de Vedia García de Zúñiga. Con la que constituyó un hogar con diez hijos y cuya generosidad está presente en innumerables obras de beneficencia. Hombre con sustancia religiosa, que reafirmó con el correr de los años y siempre desde una estructura moral intachable, con firmes creencias en el sistema de valores cívicos y republicanos que defendía con igual lucidez tanto en la palabra escrita como en la palabra hablada. Sus hijos llaman: Bartolomé, Carolina; Lautaro; María Esther; Mariano -editor de la sección Política de La Nación y columnista-, Mercedes, monja en el monasterio benedictino Santa Escolástica, de Victoria; Gabriel;  Lorenzo, párroco de Santa Elisa, en el barrio de Constitución; Agustina y Carlos Enrique de Vedia Olivera.

Juan Manuel de Vedia Correa, nacido el 29 de octubre de 1844, en Montevideo, Uruguay.

María Dolores Teresa de Vedia Correa, nacida el 15 de octubre de 1848, en Montevideo, Uruguay.

Mariano Pedro Felipe de Vedia Pérez, nacido el 8 de septiembre de 1815, en Buenos Aires, bautizado el 9 de septiembre de mismo año en la Basílica Nuestra Señora de la Merced. Militar con el grado de Teniente Coronel de Artillería, combatiente en el ejército de Rivera, rindió su vida tras de largo padecer, a causa de las heridas también recibidas en el sitio de Montevideo, misma ciudad en la que muere soltero, sin descendencia un 4 de enero de 1855.

María Luisa Martina de Vedia Pérez, nacía en Buenos Aires un 25 de agosto de 1816, recibiendo los óleos bautismales el 27 de agosto de 1816, en la Basílica Nuestra Señora de la Merced. Administró el sacramento el presbítero don Bartolomé Muñoz y fueron sus padrinos, el Gral. Martín Rodríguez y su mujer Manuela Carrasco.

Froylano Eduardo de la Santísima Trinidad de Vedia Pérez, nacido el 5 de octubre el 1818, Buenos Aires, recibe los óleos bautismales tres días después de su nacimiento, el 8 de octubre, en la Basílica Nuestra Señora de la Merced, siendo sus padrinos, su tío abuelo don Pedro Fabián Pérez Castellano y su tía Benita Pérez Pagola.
Delfina María Luisa de Vedia Pérez, nacida el 12 de diciembre de 1819, en Buenos Aires y recibió los óleos bautismales el 24 de diciembre de 1819, en la Basílica Nuestra Señora de la Merced, siendo sus padrinos don José Zenón Videla y doña María Sandalia Dorna. El 11 de enero de 1841, la Catedral Metropolitana de Montevideo, la ve entregar su mano en matrimonio al General Bartolomé Mitre y Martínez, nacido en Buenos Aires, en la actual esquina de Suipacha y Lavalle, el 26 de junio de 1821, muerto el 18 de enero de 1906, siendo el primer hijo de Ambrosio Estanislao de la Concepción Mitre, quien había nacido en 1774 en el pago de Santa Lucía, en Uruguay. Allí se formó don Ambrosio, hasta los 25 años cuando marchó a Buenos Aires, donde se casó con Josefa Martínez Whertherton, la madre de quien sería el político, militar, historiador, escritor, periodista y estadista argentino; primero en ejercer el cargo de Presidente de la Nación Argentina entre 1862 y 1868 y gobernador de Buenos Aires. Nieto del primer Bartolomé Mitre, que había nacido en Montevideo en 1740, y éste, hijo de Joseph Mitre, quien figura entre los pobladores que fundaron Montevideo, así se demuestra en las nóminas del reparto de chacras y estancias.
El joven Bartolomé tenía 18 años y en Montevideo llegó a ser oficial de artillería en la precaria escuela del arma que se había instalado en el fuerte San José. Recibido de alférez, se incorporó al ejército uruguayo que, al mando del general Fructuoso Rivera, se preparaba para detener la invasión rosista comandada por Echagüe. En la víspera de la esperada batalla, don Ambrosio escribe a su hijo Bartolomé esta carta de espartano aliento: "Espero que sabrás llenar tu deber; si mueres, habrás llenado tu misión; pero cuida que no te hieran por la espalda. Después de perderte (lo que puede suceder y para lo que estoy preparado), consolará el resto de mi triste vida la memoria honrosa que espero me legues. Así, mi querido hijo; tú eres mi esperanza". En Cagancha, Rivera derrota al invasor, el joven Mitre recibe su bautismo de fuego y no sólo sobrevive sino que, en 1840, llega a capitán y Dios sabe que lo fue todo, porque ese fue su primer para alcanzar uno de los tanto títulos con se le puede relacionar. Fue militar, político, historiador, escritor, periodista y estadista argentino; primero en ejercer el cargo de Presidente de la Nación Argentina entre 1862 y 1868 y gobernador de Buenos Aires, en mayo de 1869. Luego de la culminación presidencial, Mitre compró las instalaciones del diario La Nación Argentina y lo rebautizó como diario La Nación. El 4 de enero de 1870, mientras se libraban los últimos combates de la Guerra del Paraguay y con una tirada de mil ejemplares se hizo pública la primera edición del diario La Nación fundado por Bartolomé Mitre bajo la consigna La Nación será una tribuna de doctrina. Actualmente este diario, con más de 140 años de trayectoria, es uno de los de mayor tirada de la Argentina.
Doña Delfina le dio a Bartolomé seis hijos, Delfina, Bartolomé, Josefina, Jorge, Emilio y Adolfo.

Delfina Josefa Ambrosia Mitre y Vedia, nació un 14 de abril de 1843, en Montevideo, el 6 de mayo de 1865, la Basílica Nuestra Señora de la Merced de Buenos Aires es testigo de su matrimonio con Agustín José del Corazón de Jesús Drago Álvarez. Naciendo de esta unión siete hijos, de los cuales tres de ellos llega a edad adulta, José María, Jorge Emilio y Luis Augusto Benvenuto Drago Mitre, cd.

Bartolomé Nicolás Manuel Mitre y Vedia, fue el primogénito varón y nació un 14 de marzo de 1845, en Montevideo, durante la expatriación de su padre, mientras duraba el segundo gobierno de Juan Manuel de Rosas. Recibió lo óleos bautismales el 10 de noviembre de 1846. Diplomático, escritor, y periodista argentino, dirigió por muchos años el diario La Nación (de Buenos Aires), que fue fundado por su padre, el general Bartolomé Mitre. El 10 de octubre de 1868, en la parroquia el Sagrario de la Catedral de Lima, se celebró su matrimonio con Juana Agripina Escardó Nordenflicht, nacida en 1849, en Lima, Perú, hija del matrimonio del comerciante porteño Gregorio Escardó y de Ludomilia Nordenflicht Prieto, limeña (nieta de un noble polaco). Al año siguiente, el 28 de octubre de 1869, nacía en Washington, DC, Estados Unidos, su único hijo con ella, quien fue bautizado el 7 de noviembre de 1869, en la misma ciudad con el nombre de Luis Domingo Mitre Escardó, periodista al igual que su padre, casa el 4 de octubre de 1897, en la Basílica San Nicolás de Bari, de Buenos Aires, con la uruguaya Matilde Negrotto Clarke, nacida el 2 de octubre de 1874, en Montevideo. De esta unión nacen dos hijos:
María Elena Defina Mitre de Noble

María Elena Delfina Mitre Negrotto, nacida en Buenos Aires el 26 de marzo de 1904, entrega su mano en matrimonio el 21 de abril de 1938 a Julio Argentino Noble Larrosa, nacido en Rosario, Santa Fe, el 9 julio de 1896. De profesión Ingeniero civil recibido en la U.B.A., fue Presidente del Centro de Ingenieros en 1927-1928, político de nota, discípulo de Lisandro de la Torre, miembro fundador del Partido Demócrata Progresista con el que fue electo diputado nacional durante los períodos 1932-1934 y 1938-1942. En 1936 fue vicepresidente de la Cámara de Diputados, y en el 46' candidato a senador nacional por la Unión Democrática, debiendo exiliarse en Uruguay durante el gobierno peronista. Julio Argentino fue hermano de Roberto J. Noble, fundador del diario Clarín, al morir es su viuda, Ernestina Herrera de Noble quien se hace cargo de la dirección de Clarín durante casi medio siglo. Continuadora de las ideas y propósitos del fundador y bajo su conducción Clarín se transformó en el diario de mayor tirada de habla hispana y dio origen al surgimiento del Grupo Clarín, uno de los principales multimedios de América latina, con participación en radio, en televisión abierta y por cable, en la industria gráfica, en internet y en el amplio mundo de las telecomunicaciones. Julio Argentino y Roberto fueron hijos de los porteños Pedro Jorge Noble Aldaz y María Larrosa Berhouet.
Dos hijos tuvo este matrimonio Noble Mitre, Matilde y Julio Luis.

Matilde Ana María Noble Mitre, casa en los años 50, con Julio César Saguier Pociello Argerich, nacido en Buenos Aires el 18 de junio de 1935. Doctor en Derecho de profesión, dirigente de la U.C.R., e Intendente de Buenos Aires desde 1983 y ejerciendo ese cargo murió el 13 de enero de 1987. Era hijo de Julio César Saguier Gondra y María Josefa Pociello Argerich. Matilde de Saguier compra acciones del diario La Nación. Tuvieron seis hijos: Julio César, nacido en 1960; Alejandro Julio, en 1961; Fernán Julio Martín, quien nace en 1963; Luis María Julio; Matilde Florencia; y María Lucía Saguier Noble, todos con descendencia y con gran representación en el Diario La Nación.

Julio Luis Noble Mitre, fallecido a los cuatro meses de su nacimiento, el 10 de abril de 1944.

Bartolomé Mitre Negrotto, nacido el 19 de febrero de 1909, en Buenos Aires, misma ciudad donde el 27 de noviembre de 1933 contrajo matrimonio con María del Rosario Noales Fontaine, nacida en Buenos Aires el 25 de mayo de 1914. Director de La Nación desde 1951 hasta su muerte, producida en Buenos Aires el 12 agosto de 1982.

La descendencia Mitre Noales la conforman:

María Elena del Rosario Mitre Noales, casada en primeras nupcias con Héctor César Lacarra Barilari, padres de Soledad, Martín Bartolomé y  Juan Cruz Lacarra Mitre. Y en segundas con Fernando Lamarca Ledesma, hijo de José María Lamarca Guerrico y María del Rosario Ledesma Posse López. Con descendencia en Paula Lamarca Mitre.
María Elena del Rosario Mitre Noales de Lamarca Ledesma

Bartolomé Luis Mitre Noales. Empresario periodístico, "Ingresó en 1966 al Diario La Nación, el que fundara su tatarabuelo, tras el golpe de Estado llevado adelante por Juan Carlos Onganía. Ya era abogado y se acababa de casar por primera vez. A partir de 1976 fue presidente del directorio. Como director de La Nación fue el encargado de introducir la tinta de color, un cambio revolucionario para la estructura tradicional del diario. Trajo al país y contrató como columnistas a intelectuales como Mario Vargas Llosa y Octavio Paz. Durante esos años La Nación se mantuvo en el segundo lugar de los periódicos más vendidos detrás de Clarín". Casado en primeras nupcias con María Dolores González-Álzaga Terán, hija de César Félix Andrés González Álzaga y Leonor Celia Sofía Terán Etchecopar. De esta unión nacen María Dolores, María del Rosario y Bartolomé Mitre González-Álzaga, los tres con descendencia. De su segundo matrimonio con Blanca Isabel Álvarez de Toledo Bombal, (Hija de Alberto Álvarez de Toledo Gowland y Blanca Bombal Anthes-, y ex mujer del renombrado artista plástico Nicolás García-Uriburu Massini, con quien tuvo a su primer hija llamada Azul García-Uriburu Álvarez de Toledo, casada con Marcos Jorge Celedonio Pereda Born)- es hija Esmeralda Mitre Álvarez de Toledo, nacida el 14 de mayo de 1982, actriz, modelo y cantante. Su tercer matrimonio lo contrajo con la ex modelo, conductora televisiva y periodista "Nequi" Gallotti, siendo padres de Santos Mitre Galotti. "En el año 2014 el diario español ABC le otorgó el premio Luca de Tena que le fue entregado por los reyes de España. Bartolomé Mitre falleció en la ciudad de Buenos Aires, el miércoles 25 de marzo de 2020, cerca de cumplir los 80 años". 


Bartolomé Luis Mitre Noales
Director Diario La Nación

María Elisa Matilde Mitre Noales, quien entregó su mano en matrimonio en primeras nupcias a Felipe Eusebio de Anchorena Salas-Oroño, nacido el 16 de diciembre de 1942, en Buenos Aires, hijo de Enrique M. de Anchorena Cabral-Hunter y Georgina Luisa Salas-Oroño Domínguez, y en segundas nupcias con Juan Larreta-Anchorena Sánchez-Álzaga, hijo de Agustín María Rodríguez Larreta Anchorena y María Josefina Claudia Sánchez Álzaga. Matrimonio con descendencia en Ramiro, Félix, Miguel y Juana Larreta Mitre.
María Elisa Mitre Noales de Larreta-Anchorena Sánchez Álzaga

Luis Emilio Mitre Noales, nacido el 24 de marzo de 1947, en Buenos Aires.

Josefina Benita Mitre y Vedia, nacida en Montevideo, el 19 de marzo de 1847, bautizada el 3 de diciembre de 1847, siendo sus padrinos José María Drago y Benita Pérez de Aldecoa. El 3 de noviembre de 1869, la Basílica Nuestra Señora de la Merced de Buenos Aires, la ve entregar su mano en matrimonio a Enrique Leopoldo Lázaro Caprile Picasso, Comerciante, hacendado e industrial, fundador y presidente de la Cámara Italiana de Comercio, y Director del Banco Nacional. Padres de Enrique Jacinto Delfino Bartolomé Caprile Mitre, marido de Matilde Damiana Piera Oliva, cd; Alberto Agustín Leopoldo Caprile Mitre, casado con Ana Josefa Juana del Corazón de María Estéves Wolker, cd; Alberto Eduardo María Juan Caprile Esteves, unido en matrimonio a Josefina Cruz Vivot, cd; María Elena Josefina Delfina Caprile Esteves, mujer de Enrique Maschwitz Carranza, cd; José Luis Caprile Esteves; María Delfina Matilde Salomé Caprile Esteves, casada con Pedro Ezcurra Real de Azúa, cd.

Jorge Mariano Mitre y Vedia, nacido el 24 de agosto d 1852, en Buenos Aires, Poeta, diplomático, secretario de la Legación Argentina en Río de Janeiro.

Emilio Edelmiro Mitre y Vedia, nacido el 8 de diciembre de 1853, en Buenos Aires. De profesión Ingeniero Civil de la U.B.A. Funcionario Inspector de Telégrafos de la Provincia de Bs.As., Director del Ferrocarril del Oeste, político, miembro del Comité revolucionario de la Unión Cívica en 1890, senador provincial, diputado nacional, jefe del partido republicano, candidato a presidente de la República por el mismo, director propietario del diario La Nación, socio fundador del Touring Club argentino. Contrajo matrimonio un 9 de mayo de 1885, en la Basílica Nuestra Señora de la Merced, con Angiolina Astengo Huergo, nacida el 20 de diciembre de 1867, en Buenos Aires. Sin descendencia.

Adolfo Emiliano Mauricio Mitre y Vedia, nacido el 6 de mayo de 1859, bautizado el 5 de junio de 1859, en la Basílica Nuestra Señora de la Merced de Buenos Aires. De profesión Doctor en Derecho, recibido en la U.B.A. en 1877, doctor en jurisprudencia en 1882, autor de composiciones poéticas, muchas de ellas publicadas en el volumen Poesías editado en Bs.As. en 1882. Su matrimonio quedó registrado el 11 de octubre de 1883, en París, con Angélica Timotea de la Trinidad Méndez Huergo,   nacida en 21 de mayo de 1860, en Buenos Aires.

Un solo hijo tuvo el matrimonio Mitre Méndez.

Jorge Ireneo Mitre Méndez, nacido el 3 de julio de 1884, contrajo primeras nupcias el 28 de noviembre de 1907, en la Iglesia del Pilar, de Córdoba, con Angelina de Mercedes Deheza Pizarro, nacida el 26 de diciembre de 1887 en Córdoba, de una acreditada familia lugareña. Hijos de este matrimonio son Adolfo del Corazón de Jesús y María Mitre Deheza, nacido el 18 de febrero de 1910, en Buenos Aires; y Angélica Mitre Deheza, nacida el 4 de junio de 1911 en la misma ciudad.

La Basílica Nuestra Señora de la Merced, el 22 de diciembre de 1915, fue testigo de su segundo matrimonio con Susana Adela Leona del Campillo Zapiola, nacida el 20 de febrero de 1892 en Buenos Aires, Argentina, bautizada el 2 setiembre 1892, en la misma ciudad. Hija de Carlos Cleto del Campillo Mallea y Adela Juana Zapiola Eastman.

Padres de:

Jorge Carlos Gerónimo Mitre del Campillo, nacido el 20 de julio de 1917, en Buenos Aires, casado en primeras nupcias el 19 de mayo de 1949, con Clara Magdalena Josefina Sáenz-Valiente Bullrich, hija de Guillermo María Sáenz-Valiente Aguirre y Clara Josefina Magdalena Bullrich Cantilo, matrimonio divorciado sin hijos.

Susana Luisa Mitre del Campillo, nacida el 5 de octubre de 1918, en Washington, DC, Estados Unidos, y unida en matrimonio el 17 de noviembre de 1939, en Buenos Aires, con Antonio María Leonardo José Pereyra-Iraola Lamarca, nacido en Francia en 1913, hijo de Leonardo Rafael Manuel Pereyra-Iraola y María Teresa Adela Lamarca Martínez.

A la generación Pereyra-Iraola Mitre.

Antonio Carlos Pereyra-Iraola Mitre, quien contrajo matrimonio con María Elena Blaquier Arrieta, hija del matrimonio dueño del Ing. Azucarero Ledesma, conformado por Carlos Pedro Tadeo Blaquier Estrugamou y María Elena Arrieta Wollman. Padres de Antonio, Magdalena y Juan Ignacio Pereyra-Iraola Blaquier, los tres con descendencia.

Susana María Antonia Pereyra-Iraola Mitre, nacida el 13 de junio de 1942, en Buenos Aires.

Patricia María Pereyra-Iraola Mitre, nacida el  9 de julio de 1943, en Buenos Aires, casada con Rodolfo Alberto González del Solar Crespo, hijo de Rodolfo Nicanor González del Solar Domínguez y María Martha Crespo Monty Luro. Padres de Tomás González del Solar Pereyra-Iraola.

Carlos Antonio Pereyra-Iraola Mitre, marido de María José Carcavallo Pietranera.

Marcela María Pereyra-Iraola Mitre, unida en matrimonio a Alejandro Jorge von der Heyde Artayeta, hijo de  Alejandro Carlos Octavio Antonio von der Heyde Garrigós y María Helena Artayeta Leis. Padres de Pablo Von der Heyde Pereyra-Iraola y Santiago Von der Heyde Pereyra-Iraola.

Juana María Pereyra-Iraola Mitre.

Emilio Samuel Mitre del Campillo, quien nació el 1 de junio de 1920, en la ciudad de Buenos Aires y recibió los óleos bautismales el 24 de julio de 1920, en la Basílica Nuestra Señora de la Merced. Fue funcionario de la Dirección General Impositiva de 1949 a 1977, y miembro de la Comisión Directiva del Círculo de Armas, murió soltero y sin hijos el 30 de octubre de 1978, en la Buenos Aires.

Angélica Delfina Mitre del Campillo, nacida en Buenos Aires, el 15 de febrero de 1922, forma su hogar el 1 de octubre de 1941, junto a Alberto Carlos Gowland Fernández-Blanco, nacido el 12 de noviembre 1916,Ingeniero agrimensor de profesión, hacendado, y presidente de la Asociación de Criadores de ganado Pardo Suizo. Hijo de Alberto Gowland Buttner y Naïr Mercedes Fernández-Blanco Reyna.
Angélica Delfina Mitre Del Campillo de Gowland Fernández-Blanco

Angélica y Alberto fueron padres de de la generación Gowland Mitre a la que pertenecen:

María Angélica Gowland Mitre, casada con Nicolás Vicente Gallo Lastra -padres de Nicolás Gallo Gowland, marido de Sofía de Achával Rodríguez Arias.

Alberto Gowland Mitre, casado con María Luisa Malbrán Pico- hijos de estos son:

Alberto Gowland Malbrán, casó con Natalia Orlowski Ugarte- padres de Delfina, Alberto Alejandro, Matías y Milagros Gowland Orlowski; Luisa Gowland Malbrán, casada con Jason Keene , padres de: Thomas y Emma Keene Gowland; Santiago Gowland Malbrán, quién tomó la mano en matrimonio de Magdalena Oneto-Gaona Aldao- (Hija de Alejandro Oneto-Gaona Fernández Ramos y Magdalena Aldao Becú, nieta pat. del Dr. Juan Martín Oneto Gaona y Stella Fernández-Ramos Cigorraga y materna de Ernesto Martín Aldao Ocampo y Magdalena Becú Ortiz-Basualdo). Padres de Gaia y Max Gowland Oneto-Gaona; Paulina Gowland Malbrán, que se une en matrimonio a Patricio Torena, siendo padres de Juana y Julia Torena Gowland; Miguel Gowland Malbrán, quien contrajo matrimonio con Marianne Stewart; Juan Ignacio Gowland Malbrán, y Sofía Gowland Malbrán.

Nair Enriqueta Gowland Fernández-Blanco, casada con Augusto S. Pieres de la Llosa- y fueron padres de: Diego Pieres Gowland, casado con María Inés Zorraquín Nazar-Anchorena; Luz Pieres Gowland, mujer de su pariente Lautaro Fernández Durañona; Augusto Pieres Gowland; y Hernán Pieres Gowland, quien forma su hogar con Isabel María Fernández Durañona.

Delfina Angélica Mitre del Campillo, nacida en 26 de mayo de 1924, Buenos Aires, falleció soltera sin sucesión el 21 de febrero de 2012.

Enrique Matías de Vedia Pérez, nacido el 24 de febrero de 1821, en Montevideo. Abrazó la carrera militar y asistió con sus hermanos a la batalla de Cagancha. Con el grado de coronel mayor luchó en compañía de los suyos en el sitio que el General Manuel Oribe puso a Montevideo. Murió en plena juventud el 1 de abril de 1846, soltero, durante el motín en el que se intentaba contener una sublevación que se produjo en el batallón que guarnecía el Cabildo y cuya custodia le había sido encomendada.

Gualberto Cicerón de Vedia Pérez, nacido el 12 de julio de  1822, en Buenos Aires.

Julio Fabián de Vedia Pérez, nace el 20 de enero de 1826, en Buenos Aires, donde recibe los óleos bautismales el 13 de febrero de 1826, en la Basílica Nuestra Señora de la Piedad. El 29 de abril de 1850, la Catedral Metropolitana de Montevideo es testigo de su casamiento con la chilena Lastenia del Carmen Videla Díaz, nacida el 16 de octubre de 1825, en Santiago de Chile. Tres hijos tuvo el matrimonio de Vedia Videla.

Nicolás Mariano de Vedia Videla,  Educador, Rector del Colegio Nacional de Rosario, Santa Fe, nacido en Buenos Aires el 13 de agosto de 1853, contrajo matrimonio en esa misma ciudad en la Basílica Nuestra Señora de la Merced, el 8 de febrero de 1880, con su parienta política Dolores Mitre García, nacida el 2 de agosto de 1857, en Buenos Aires, su madre se llamó María Dolores de la Cruz García Martínez y fue la mujer militar y político Emilio Máximo Mitre Martínez, hermano de Bartolomé, quien naciera el 5 d enero de 1824, en Carmen de Patagones, Provincia de Buenos Aires, pero pasó su niñez y su juventud en Montevideo, y se enroló en el ejército del Uruguay en 1841. Participó en la batalla de Arroyo Grande y se retiró con el general Fructuoso Rivera a Montevideo. Allí defendió la ciudad durante el sitio que le impuso Manuel Oribe. Se incorporó al Ejército Grande de Urquiza a fines de 1851, y combatió en la batalla de Caseros.Instalado definitivamente en Buenos Aires, participó en la revolución del 11 de septiembre de 1852, que dividió al país entre la Confederación Argentina y el Estado de Buenos Aires y en la defensa de la ciudad durante el sitio que le impuso el general federal Hilario Lagos. Combatió en la batalla de Cepeda al frente de un batallón de infantería, que fue vencido por la superioridad del ejército federal.  En 1865, al estallar la Guerra del Paraguay, fue ascendido al grado de general y comandó una división de infantería en varias batallas. Su mayor éxito lo consiguió al derrotar una ofensiva paraguaya en la batalla de Boquerón. Acompañó a su hermano en su regreso a Buenos Aires, en 1867. En noviembre de 1868, el presidente Sarmiento lo nombró comandante en jefe de las fuerzas argentinas en el Paraguay. Durante la primera mitad de la década de 1870 fue comandante de fronteras de Buenos Aires y jefe de Estado Mayor del Ejército Argentino. Si bien su participación en la revolución de 1874 fue indirecta, fue destinado a tareas administrativas, pasando posteriormente a retiro.Fue diputado nacional entre 1880 y 1884. En 1893 fue Jefe del Estado Mayor General, y participó en la represión de la Revolución del Parque. Durante la misma contrajo una neumonía que lo llevaría a la muerte, a fines de ese año.

El matrimonio de Vedia Mitre fue padre de nueve hijos, nacidos todos en Buenos Aires: Mariano de Vedia Mitre, el 29 de diciembre de 1880; María Carolina de Vedia Mitre, nace el 6 de julio de 1882; Lastenia Margarita de Vedia Mitre, el 3 de julio de 1883; Dolores de Vedia Mitre, el 7 de marzo de 1885; Julia de Vedia Mitre, un 28 de diciembre de 1886; Emilio de Vedia Mitre, lo hace el 13 de febrero de 1890; Margarita de Vedia Mitre, el 15 de septiembre de 1891; el de Emilia de Vedia Mitre, se registra el 3 de mayo de 1893, y por último Delfina de Vedia Mitre.

Manuela de Vedia Videla, nacida en Montevideo en 1855, Montevideo, quedando registrado su casamiento el 12 de marzo de 1873, en la Basílica Nuestra Señora del Socorro de Buenos Aires, con Octavio Justiniano Molina Regueira, joven de familia de viejo arraigo criollo, nacido el 5 de septiembre de 1843, hijo de Miguel Jerónimo Molina González de Noriega y Ana Regueira Díaz.

Enrique de Vedia Videla, nace en Buenos Aires el 6 de enero de  1867, misma ciudad donde el 1 de enero de 1890 toma la mano en matrimonio de su prima  Micaela de Vedia Villademoros, nacida el 8 de mayo de 1865, en Montevideo, hija de Agustín Nicolás de Vedia Correa y Carolina del Carmen Villademoros Correa. De esta unió nace en Buenos Aires el 4 de diciembre de 1891, su única hija llamada Delfina de Vedia y Vedia, bautizada el 6 de abril de 1892, en la Basílica San José de Flores, en Buenos Aires.

Luis Eduardo Pérez Pagola, este patricio que solo usó el apellido Pérez, nació en octubre de 1774, en Montevideo, aún gobernación del Río de la Plata. Recibió la mejor educación existente en el país, correspondiente a alguien de su condición, terminando los mismo en EuropaEstadista enérgico, nombrado gobernador de la Provincia Oriental de 1827 a 1828, y luego ya separados definitivamente de las Provincias Unidas del Río de la Plata, ocupó el último año el cargo de Primer Gobernador y Capitán General Provisorio del Nuevo Estado Oriental del Uruguay por unos tres meses y posteriormente ocupando el puesto de Presidente del Senado fue asignado por unos días como Primer Presidente Interino de la República, entre el 24 de octubre de 1830 y el 6 de noviembre del mismo año. Período en el que aplicó sin arrepentimiento la pena capital a los revoltosos Lavallejistas que en 1833 pretendían continuar sus aventuras revolucionarias. Época en la cual el imperio de la espada se sobrepuso al dominio de las leyes.

Después de protestar que habían tenido lugar, se retiró a su estancia, envuelto en el manto del olvido, pero allí permaneció poco tiempo, pues en breve el país reaccionó, volviendo Pérez a la vida política activa y a ocupar puestos análogos a los que anteriormente había ejercido. Prestando en todos, buenos y numerosos servicios, de todos descendió acompañado de la gratitud de sus conciudadanos, y en todos también supo posponer los intereses personales a los de la Nación. Ardua fue su tarea, pero la desempeñó con inteligencia y probidad, muchas veces estuvo a prueba su patriotismo, pero demostró poseerlo con actos de abnegación. Reconociéndolo así, y cuando se hallaba en el ocaso de la vida, la Asamblea General le acordó un premio de 10.000 pesos, como justa recompensa a sus dilatados servicios.

El retrato que lo inmortalizó hace contrastar su autoridad con su apariencia de hombre de rasgos equilibrados, y suaves que había casado en San José el 24 de marzo de 1821, con Petrona Verde Martínez. Cinco hijos perpetuaron su linaje en el siglo XIX: Eduardina, Natividad, Manuela, Adolfo, Bernabé y un segundo Luis Eduardo.

Eduardina Pérez Verde, fue la mujer de Justino González Barrio.

María Natividad Felipa Pérez Verde, casó con Pedro Carve de Medina, hijo del doctor alemán Karl Karbe, proveniente de una familia burguesa de Königsberg, quien casó el 28 de mayo de 1815, con Simona de Medina Alén, hija del Alcalde y muy rico estanciero de San José al finalizar el coloniaje, Juan de Medina. Nieta de Juan Fernández de Medina, antiguo poblador canario de Montevideo. En un accidente practicando esgrima muere el médico alemán, dejando a Simona viuda con tres hijos que españolizarían la grafía de su apellido escribiéndolo Carve. Los hermanos de Pedro Esteban fueron: Carolina Carve de Medina, formó otro entronque patricio al entregar su mano en matrimonio a Juan Antonio Méndez Bedoya, de distinguida familia, siendo uno de los hijos mayores de Juan Méndez Caldeira y Celedonia Bedoya, de quien procedió una extensa rama, cuya descendencia aún subsiste. Estanciero y también guerrero de los tiempos patrios, supo ocupar una banca de Senador por Maldonado entre los años 1860 y 1862. Hermano entre otros de Pantaleón Méndez Bedoya, militar adicto a Oribe, marido de Juana Petrona Carolina de la Torre, padres de Juan Pedro Méndez-Caldeira de la Torre, casado en 1879 con Edelmira Martínez Areta –hija del opulento hacendado Diego Julián Martínez -(primo hermano de los Álzaga y García de Zúñiga)-, y de Edelmira Areta Arrúe. De Carolina y Juan quedó principal descendencia en la familias: Méndez Carve; Méndez Rovira; Carve Méndez; Méndez Previtali; de Medina Méndez; Paullier Méndez; Méndez Spangenberg ; Méndez Alcaín; Méndez Requena; Vilaró Méndez; Méndez del Marco; Sienra Méndez; Méndez Schiaffino; Méndez Algorta; Méndez Herten; Méndez Parietti; y Méndez Gomenoro, entre otras. Mientras que de su hermano Juan Carlos Carve de Medina, derivó otra rama Carve Pérez, al contraer matrimonio con su cuñada María Manuela Hilaria Pérez Verde.

En cuanto a Pedro, el marido de María Natividad, fue tesorero de la Nación, y después senador por varios períodos entre 1870 y 1888 y Presidente del Senado en ejercicio de Poder Ejecutivo durante cuatro días, en febrero de 1875.

Sus hijos se llamaron:

Pedro Esteban Carve Pérez, casado en primeras nupcias el 15 de abril de 1871 con Amalia Montero Wentuises, y en segundas en 1883 con Rosa Montero Santurio, media hermana de la anterior e hijas del acomodado comerciante y en el primer decenio de la etapa constitucional, de quien el pintor Cayetano Gallino inmortalizó su estampa de hombre buen mozo, enfundado en severo y elegante levitón, mirando a la posteridad con aire de triunfador, casado con su sobrina política Rosa Wentuises Santurio. Amalia, su primera mujer, era hermana entera de Laura Montero Wentuises, casada el 8 de enero de 1868 con Enrique Artagaveytia Gómez; Felipe Montero Wentuises, muerto en 1896, también acomodado comerciante, casado el 1 de julio de 1876, con Rosa Gianelli Oneto, hermana esta de Enrique Santiago Gianelli Oneto, marido de María Areta Platero, hija de Juan Manuel Areta Arrúe y Concepción Platero Illa. Su único hijo, Felipe Montero Gianelli, contrajo matrimonio el 1 de septiembre de 1904 con María Elena Uriarte Olascoaga, siendo padres de María Elena Montero Uriarte, casada con Gervasio Antonio de Posadas Belgrano, padres entre otros de Luis María Felipe de Posadas Montero, diplomático, nacido el 25 de junio de 1927, marido de Sara "Bimba" Mañé Garzón, y de Ignacio de Posadas Montero, abogado, político y ex Ministro de Economía y Finanzas perteneciente al Partido Nacional, casado con María Magdalena Secco de Souza; y de José María Montero Wentuises, quien formó su hogar el 31 de diciembre de 1874, con Adriana Bustamante Otazú, descendiendo de ellos las familias; Montero Lafone; Montero Zorrilla de San Martín; Montero Portillo; y Geille Montero entre otras.

De la descendencia del primer matrimonio de Pedro fueron hijos: José Pedro, Alfredo, Amalia y Ana Carve Montero.

Natividad Carve Pérez, quien muere soltera.

Luis Pantaleón Carve Pérez, nacido en 1851, escribió en distintos periódicos de Montevideo y Buenos Aires, y fue diputado y director de la Revista Histórica; como funcionario tuvo a su cargo la formación del Archivo y Museo Histórico Nacional, del que fue el primer Director, una labor de consagración vocacional gracias a la que hoy el país cuenta con valiosos fondos documentales. Había casado en 189 con Agueda López Castillos, siendo hijos suyos María Teresa, monja; Carolina, soltera, Pedro; Agueda, mujer del Dr. Juan Carlos Arrosa Böcking; y Luis Adolfo, marido de Sara Cuestas Urtubey, nieta del Presidente Juan Lindolfo, hija de Alberto Cuestas y de Sara Urtubey Gowland.

Pilar Carve Pérez, soltera.

Carlos Carve Pérez, nacido en 1853 y muerto en 1870 en la Batalla del Sauce mientras servía desde la Artillería al Ejército gubernamental, un óleo de Blanes dejó impresa su imagen de adolescente lozano, con un bozo que aún no es barba apenas dibujado en las mejillas.

Carolina Carve Pérez, casada en 1886 con Manuel Rovira Martínez, viudo de Carmen Urioste Montaño, e hijo de Manuel Rovira Medina, medio hermano de los Carve Medina.

Adolfo Carve Pérez, quien muere con cuatro años, nacido en 1864, cuya deliciosa imagen infantil también quedó fijada en el lienzo por el pincel de Juan Manuel Blanes.

María Manuela Hilaria Pérez Verde, casa con el cuñado de su hermana, llamado Juan Carlos Carve de Medina, nacido el 4 de agosto de 1815, de esta segunda rama Carve Pérez son hijos: Manuela, Carolina Isadora, y Carlos Augusto, unido en matrimonio en 1888 con Isabel Méndez, hija de sus primos Lauro Méndez Carve y Simona Rovira. De este último fueron vástagos Carlos María Carve Méndez, marido en primeras nupcias de María Laura Raffo Arrosa y en segundas de Lydia Voulminot, fundador de la Radio Carve en 1928; José Felipe Carve Méndez, casado con Elvira Font; y Manuela Carve Méndez, mujer de Luis Raffo Arrosa.

Adolfo Bernabé Pérez Verde, unido en matrimonio a su parienta Rosa Verde Fernández Félix, fue padre de Adolfo Demetrio Pérez Verde, marido de María Elisa Mackinnon Algorta, hija del estanciero británico Juan Enrique MacKinnon MacClymont, casado en 1868 con Rosa Emilia Algorta Villademoros, hermana de Ricardo Algorta Villademoros, casado con María Guerra Romero -(padres entre otros de Nicolás Algorta Guerra, marido de Elida Avellanal Gallino -hija de María Luisa Gallino Solari de Avellanal-, padres de Ana María Algorta Avellanal de Vanrell Pastor y María Noel Algorta Avellanal, quien se une en matrimonio al artista plástico, mecenas y Pro-Hombre Jorge Páez Vilaró) y de Enrique Teófilo Algorta Villademoros, casado el 10 de Enero de 1874 en la ciudad de Montevideo con Rosa Camusso Estavillo, nacida en 1851, descendiente de Catalina Eusebia López de Castilla y Cáceres de Rojas y Pachón, hermana de la matriarca patricia doña María Bernarda López de Castilla y Cáceres de Arrúe y Arrién.

De la estirpe Pérez Mackinnon, desciende: Margarita Pérez Mackinnon, unida en matrimonio a José Luís Bove Trabal, cd; Luis Eduardo Pérez Mackinnon, marido de Blanca Arrarte, cd; María Elisa Pérez Mackinnon, mujer de Delfor M. Bayce, cd; Juan Antonio Pérez Mackinnon, casado con Marta Loppacher, padres de Juan Antonio y María Marta Pérez Loppacher; Ricardo Alfonso Pérez Mackinnon, nacido el 19 de septiembre de 1918, marido de María Ignacia Uriarte, cd; Jose Felipe Pérez Mackinnon, nacido el 16 de enero de 1916, unido en matrimonio a María Celia Berinduague Courtoisie, descendiente del político de extracción blanca, Ministro, Legislador y Magistrado Judicial Martín Berinduague, cd; Carlos Pérez Mackinnon; Enrique Pérez Mackinnon, quien formó otro entronque patricio al tomar la mano en matrimonio de María Elena Blanco Hughes, hija de Ricardo Blanco Wilson y Blanca Hughes Gómez (nieta paterna de Juan Carlos Blanco Sienra y Elisa Wilson Kenny, y materna de Conrado Hughes Rücker y Blanca Gómez Brito), matrimonio con descendencia; María Rosa Pérez Mackinnon, casada con Carlos Pereira Machado; Adolfo Constancio Pérez Mackinnon, forma un hogar principal junto a María del Carmen Ponce de León Rospide, hija de Ernesto Ponce de León Errazquín y María Adelaida Rospide Serrán, cd; y de Raúl Máximo Pérez Mackinnon.
José Felipe Pérez Mackinnon

Ricardo Alfonso Pérez Mackinnon

Luis Eduardo Pérez Verde, nacido en 1827, fue un distinguido militar que alcanzó el grado de Teniente General, el más alto del ejército nacional, y fue candidato votado a la Presidencia de la República en tres luchas eleccionarias consecutivas. Había iniciado su carreras de armas el 14 de junio de 1851 como simple soldado en el Cuerpo de Artillería. En el año 1853, cambiando de arma, llegó a alférez de caballería de guardia nacional el 14 de julio, y a teniente 1ro en mayo de 1855. Oficial en el movimiento revolucionario de Flores del 63 al 65, donde después de haber ganado el poder se le reconoció como capitán de caballería de línea, el 19 de mayo de 1865, y como sargento mayor graduado el 1ro de julio, pasando a formar en las fuerzas movilizadas para la guerra del Paraguay. Integrante de la 3ra División de Caballería del Gral.José Gregorio Suárez, teniendo participación en la batalla de Yatay, el 17 de agosto de 1865, y asistió a la rendición de Uruguayana el 18 de septiembre del mismo año, pero no fue más allá de la provincia de Corrientes. Sargento Mayor efectivo el 15 de octubre de 1866, ocupó la Jefatura Política de San José por decreto del 14 de marzo de 1868, Comandante Militar del mismo departamento durante la Guerra Civil de 1870-1872, y Teniente Coronel el 13 de enero de 1872, cuando la revolución tuvo fin por el Pacto de Abril, el presidente Gomensoro le confió la Jefatura de Durazno en junio del mismo año. Cargo confirmado por el también Presidente Ellauri. El 14 de octubre de 1875, el gobierno de Pedro Varela le nombra Coronel. Al tomar el poder Santos, se le confió la Jefatura de Florida, el mismo que en junio de 1886 le llama para ocupar el Ministerio de Gobierno, cargo del que hizo abandono el 28 de octubre, por negarse a firmar la ley que restringía la libertad de imprenta. En el 87 fue electo Senador por el departamento de Florida, y ascendió a General de División el 26 de febrero de 1890.

Pudo haber sido el último General presidente del siglo XIX; pero en la contienda del 90 por la sucesión de Tajes, Julio Herrera y Obes le ganó de mano y se dio el histórico lujo de hacer retomar al país por la senda civilista. Sin embargo, Herrera y Obes era un político ecuánime: reconoció la jerarquía de su ex adversario, lo llevó al gabinete como Ministro y le otorgó el grado de Teniente General, con el que remató gloriosamente su carrera militar. Y así, imponente, fue retratado el segundo Luis Eduardo, reflejando en el lienzo la estampa de este patriarca de semblante imperativo.

El 16 de mayo de 1876 en el departamento de San José, quedó registrado su matrimonio con Feliciana Crosa Liñán, una bisnieta del piamontés Juan Bautista Crosa, llamado Peñarol por su pueblo de origen, -Pinerolo-, de quien derivó el nombre del barrio de los aledaños de Montevideo.

De su descendencia junto a la de su hermano Adolfo, proceden las últimas generaciones que conservaron el apellido en el siglo XX.

Sus hijos se llamaron: Alejandro Germán, Gualberto Felipe, María Victoria, Octavio Victoriano, Elia y Luis Eduardo, quedando registro de la misma de los dos últimos.

Elia Pérez Crosa, quien produjo un nuevo entronque patricio al entregar su mano en matrimonio a Carlos de Castro Caravia, nacido el 19 de Julio de 1872. Descendiente del destacado Clan Castro, hijo de Carlos de Castro Castro, Gran señor, Pro-hombre, ilustre ciudadano, de quien se puede decir que ocupó todos los altos destinos de nuestro país, salvo el de presidente de la República. Siendo Gran Maestro de la masonería nacional, renovará la vida de la orden, nombrado a partir de 1879 Gran Comendador de la Orden, cargo que ocupará en varias oportunidades, y en el que redactó en 1881 el Código y la Constitución Masónica, obteniendo en 1882 gracias a sus gestiones la Personería Jurídica, convirtiéndola desde ese momento en una de las primeras organizaciones masónicas del mundo autorizadas legalmente para actuar en la vida pública, en la más completa libertad. En su homenaje, en 1917 fue fundada Logia Carlos de Castro.

Carlos, el marido de Elia, por su parte fue interventor del Banco de la República y Presidente de Ancap; alguna vez decidió terminar sus días voluntariamente y entonces lo hizo con un gesto digno de las aristocracias feudales, en un banco de los jardines de la ex-quinta de su padre, que entonces ya había sido expropiada y anexada al Prado. De Carlos y doña Elia, fallecida el 14 de septiembre de 1946, fueron hijos:

Alfredo Federico de Castro Pérez, nacido el 26 de octubre de 1905, casado en primeras nupcias con Reneé Storace y en segundas con María Carolina Larriera Boix; Luis de Castro Pérez; Ema de Castro Pérez; Carlos de Castro Pérez, casado en primeras nupcias con Eulalia Clulow Sánchez, siendo padres de Carlos, Eduardo y Gonzalo de Castro Clulow, y en segundas con María Isabel Williams del Busto, naciendo de esta unión Isabel e Inés de Castro Williams; y de Elía de Castro Pérez, mujer de Roberto Ferber Nin, (hijo de Conrado Federico Ferber Rücker y Margarita Nin Nin, hermano de Conrado Ferber Nin y Margarita Arocena Folle), padres de Isabel Ferber de Castro, unida en matrimonio a Carlos Sapelli Méndez -hijo de Carlos Sapelli y María Inés Méndez Previtali, descendiente del distinguido linaje Méndez Caldeira y del Clan Susviela. Padres de Carlos Roberto, Juan Antonio, María Inés, María Isabel, Pablo, Ana María, María Margarita, Gloria, y de Luis Eduardo Sapelli Ferber, marido de Clara Stirling Seré.
Eduardo de Castro Clulow, nieto de Carlos de Castro Caravia y Elia Pérez Crosa de Castro

Luis Eduardo Pérez Crosa, quien en 1906 forma un distinguido hogar al tomar la mano en matrimonio de Blanca Castells Carafí, hija de Jaime Miguel Castells Montestruch, nacido en 1844, descendiente de Concepción Montestruch García de Zúñiga, casada con Jaime Castells y Comas. Su madre se llamó Laura Carafí Zás. Blanca era sobrina materna de Arcadio Carafí Zas, marido de Concepción Areta Platero de Carafí, hija esta última del matrimonio patricio de Juan Manuel Areta Arrúe y Concepción Platero Illa. Sus hermanos fueron Jaime Castells Carafí, rematador, integrante de la firma Gomensoro y Castells, presidente del Club de Golf y fundador del Círculo de Armas, casado en 1903 con Adela Eastman Illa; Elina Castells Carafí, que se casó en 1905 con Juan Capurro Ruano, hijo de Federico Capurro Castro y Ema Ruano de Arteaga; y Julio Castells Carafí, corredor de bolsa, casado en 1910 con Mercedes Capurro, -Hija de Juan Alberto Capurro Castro y Elina Charry –Padres de la generación Castells Capurro, descendientes todos del mismo Clan Castro al que pertenecía Carlos, el marido de Elia Pérez Crosa; Alberto Castells Carafí, casado con Zulma Burmester Navarro. Fundador de "Serratosa y Castells" y de APICUE Asociación para el intercambio Comercial Uruguay Estados Unidos; Raúl Castells Carafí, casado el 4 de setiembre de 1916 con Isabel Josefina Aznárez; Adolfo Castells Carafí, diplomático, casado con María Elena Mendívil; Héctor Castells Carafí, fue marino intervino en 1916 en la expedición uruguaya de auxilio del Shaklecton al Polo Sur, muere soltero un 11 de mayo de 1919 a los 27 años como sus restantes hermanos: Alfredo, Gustavo, Laura y César Castells Carafí.

Se aprecia en la foto al matrimonio Pérez Castells junto a sus hijos. Abajo sentados: Raquel, Blanquita y Luis Eduardo Pérez Castells. En el medio sentados: Elia, Luis Eduardo Pérez Crosa, Blanca Castells Carafi de Pérez Crosa y María Elena Pérez Castells. Arriba paradas: Mirta, Ricardo y María Angelica (keka) Pérez Castells. Foto tomada circa 1930.

A la estirpe Pérez Castells, pertenecen: Blanca Pérez Castells, nacida el 22 de diciembre de 1908, mujer de Gabriel Carlos Real de Azúa Díaz, hijo de Carlos Alberto Real de Azúa Muñoz y María Luisa Díaz Álvarez,-(primo de los Real de Azúa Arrúe), matrimonio con descendencia; Elia Esther Pérez Castells, nacida el 2 de diciembre de 1909, casada con Juan Ramón Menchaca Arismendi, cd; Raquel Pérez Castells, nacida el 22 de febrero de 1913, unida en matrimonio a Juan Luis Caubarrère Barnier, cd; María Angélica Pérez Castells de Crocker, nacida el 24 de marzo de 1916; Luis Eduardo Pérez Castells, ingeniero, María Elena Pérez Castells; Ricardo Pérez Castells; y Mirta Pérez Castells, nacida el 2 de abril de 1920.
María Angélica Pérez Castells de Crocker
Blanca Pérez Castells de Real de Azúa

Elia Esther Pérez Castells de Menchaca Arismendi


Muchas son las líneas que en este siglo prometen perpetuar todavía el árbol genealógico iniciado por el recio fundador don Felipe Pérez de Sosa hace ya más de doscientos cincuenta largos años, de quien su firma quedó plasmada en las escrituras del Cabildo junto a la de los Delgado-Melilla, de la Sierra, García de Ávila y tantos más a quienes la calle del Portón, tan orgullosa y opulenta después, debe un homenaje reverente a aquellos esforzados pioneros que levantaron en ella sus casas de paredes de piedra y techos de teja.






Especial agradecimiento a:

Alberto Pérez Berinduague
Ángel Ayestarán Rodríguez

Bibliografía

"Génesis de la familia uruguaya" Dr. Juan A. Apolant
"Diccionario uruguayo de biografías" José María Fernández Saldaña
"El Libro de los Linajes" Ricardo Goldaracena
"Perfiles Biográficos" Orestes Araújo
"Revista del Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas, Nro.18"

Sitios webs:

https://www.lanacion.com.ar/1294219
https://www.institutogenealogia.org
https://www.familiacastells.com
http://retratosdelosargentinos.blogspot.com/
https://www.genealogiafamiliar.net/ de Alfonso Beccar-Varela
https://www.lanacion.com.ar/sociedad/murio-bartolome-mitre-director-la-nacion-nid2347331
https://www.infobae.com/sociedad/2020/03/25/murio-bartolome-mitre-director-del-diario-la-nacion/

Recopilación y Armado
Diego Castro Arrúe

domingo, 21 de octubre de 2018

Hasta el Patíbulo y Más Allá!

"Paysandú bajo el fuego sitiador"



Iniciado el año 1863, nadie en aquella apacible villa litoraleña de casas bajas, corte austero y gente amena llamada Paysandú, podría llegar a sospechar que se convertiría en la antesala de una trama maquiavélica, cuando en los días venideros el Gral. Venancio Flores decidiera invadir desde la Argentina territorio uruguayo al introducirse por el Rincón de las Gallinas, en clara búsqueda de reivindicación de su Partido Colorado y en memoria de los mártires de Quinteros.

Con ese ímpetu marchó el caudillo colorado y unitario hacia Paysandú en nombre de una enmascarada cruzada por la libertad, la cual escondía sus ansias de ocupar el sillón presidencial, aspiración ésta, respaldada y alimentada por la ambición desmedida del emperador Pedro II del Brasil y Bartolomé Mitre, presidente de los argentinos, haciendo del Gral. Colorado, el vehículo perfecto para concretar su plan de desestabilizar una posible alianza entre el Gobierno de Montevideo y el de Asunción. De esta forma se aseguraban que Paraguay no obtuviera su tan ansiada salida al mar a través del Río Uruguay, ya que esto hubiera complicado los planes expansionistas de Brasil, al igual que la liberación de la dependencia comercial con Buenos Aires, viendo Mitre frustrada su intención principal de reconstruir el antiguo virreinato.

Al enterarse el mariscal Solano López, presidente paraguayo de la situación, advirtió a los gobiernos de Brasil y Argentina que consideraría cualquier agresión al Uruguay como atentatorio del equilibrio de los Estados del Plata", pero de nada sirvió y éstos avanzaron sin importar las consecuencias.

Y así, el 19 de abril de 1863, el Gral. Colorado encabezó una revolución que dio inicio a una Guerra Civil el 2 de junio de ese mismo año en las llamadas Batalla de Coquimbo, donde luchó contra las avanzadas del ejército gubernista de Servando Gómez en el departamento de Soriano y el 25 de junio en Salto, derrotando a los gubernistas del general Diego Eugenio Lamas, en Cañas, con ayuda Militar de Buenos Aires y el apoyo del Brasil que había declarado la guerra al gobierno uruguayo de Bernardo Prudencio Berro. El 4 de agosto de 1864, ocupa Florida, en aquel entonces Villa, capital del departamento homónimo, donde sus defensores también habían de ser fusilados por orden de Flores, tras la Toma de la Plaza. Durante unos pocos días, en enero de 1864, las tropas de Flores sitiaron la villa defendida por Lucas Píriz, pero abandonaron el lugar por la proximidad de las fuerzas del ejército del gobierno que encabezaba el Presidente Bernardo Prudencio Berro.

El 25 de agosto el General Leandro Gómez pronunciaba "Debemos jurar en presencia de Dios y a la vista de nuestra Patria amenazada, morir mil veces luchando contra extranjeros y traidores, sin mirar el número, antes de consentir que la libertad del pueblo oriental y su independencia sean pisoteadas".

"Gral. Leandro Gómez Calvo"
Jéfe de la Plaza de Paysandú

"Dos divisas y una misma familia"

Entre los valientes militares que integraban el Ejército de la Guardia Nacional se encontraba el joven Capitán Adolfo Areta Arrúe, junto a su cuñado, el también Capitán, Carlos José Blas Lacalle y Zelayeta, marido de su hermana Celestina Areta Arrúe, los cuales eran primos de un igualmente joven Enrique Francisco Pereda Arrúe, quien había iniciado su carrera de armas el 21 de agosto de 1863 en el ejército revolucionario del invasor Gral Venancio Flores, junto a su cuñado, el militar y político Eduardo Flores, cuarto hijo del General Colorado y marido de su hermana Casiana Pereda Arrúe. Mientras que Guillermo Bernardo Justo García Arrúe, otro de sus primos hermanos, se encontraba defendiendo las divisiones de los departamentos de Durazno y San José, por ese entonces con el cargo de capitán, años después General, Primer Jefe Militar y pro-hombre del Partido Blanco, al cual el Directorio lo proclamó como candidato a la Presidencia de la República para el período 1907-11. Blanca, una de sus hijas formaría otra estirpe patricia dentro de su parcialidad al contraer matrimonio con Arturo Heber Jackson.

       Capitán Comandante Adolfo Areta Arrúe
Defensor de Paysandú
El 2 de diciembre de 1864, las fuerzas sublevadas ―que cometieron traición a la Patria al contar con el respaldo de una escuadra fluvial del Imperio de Brasil, al mando del Marqués de Tamandaré, y de tropas porteñas enviadas por el unitario y acérrimo enemigo de Uruguay, Bartolomé Mitre ― pusieron nuevo cerco a Paysandú, bloqueándola por vía fluvial y bajo el ataque de un ejército que inicialmente sumaba 5500 hombres (4000 de Flores y 1500 del brasileño Antônio de Sousa Neto). Con clara superioridad y amenazantes, al día siguiente, Gral. Venancio Flores le hace llegar por uno de sus hombres un ultimátum al Gral. Leandro Gómez, Jefe de la Defensa de Paysandú, en el cual lo intimaba a rendir la plaza en menos de veinticuatro horas, ofreciendo garantía y honores de guerra para la retirada de todos sus oficiales, y además, le aseguraba respeto para los habitantes de la Villa que estuviesen sumados a la resistencia. De lo contrario, lo haría responsable, "de la sangre que se derramase por su obstinación".

El Gral. respiró, tomó su pluma y en letra clara e intencionalmente más grande que la de Venancio Flores, escribió al pié de la nota:

"Cuando sucumba"

El mismo día el Marqués de Tamandaré comunica al General que si no se rendía inmediatamente, al día siguiente la ciudad, sería bombardeada. El General contestó que estaba dispuesto a defenderse hasta el último trance. Que por lo tanto podía bombardear la Plaza y que la bombardearía impunemente porque no tenía cañones para contestar a los morteros y obuses con que se le amenazaba. En la tarde de ese día, el General ordeno que formase en la Plaza toda la guarnición, que con las incorporaciones, constaba de poco más de mil cien hombres, incluidos jefes y oficiales. Formada ya la guarnición, el General Gómez se presento a caballo, vestido de camiseta punzó cruzada por una bandera celeste, con una bandera nacional en la mano derecha, como se ve en el retrato; y pronunció una entusiasta proclama, concluyendo con estas palabras textuales: ¿Juráis vencer o morir en la defensa de esta Plaza?

Si, juramos. Respondieron a una voz los Jefes, Oficiales y Soldados de la Guarnición, atronando después los aires con sus vivas.

Antes de salir el sol del 6 de diciembre, el General Flores, rompió el fuego de artillería sobre la ciudad, siendo contestado con ventaja por el Baluarte de la Ley, donde se hallaba el General Gómez.

Luego de incesantes ataques, en lo que restaba del día 6 y 7 de diciembre en la cual la Villa se iba resquebrajando al mismo tiempo que crecían las bajas de los defensores. Parte de la guarnición se ocupa de enterrar los muertos, parte en juntar balas y el resto en aprontarse para asaltar la casa de Rivero que había sido ocupada por los rebeldes. Los que van a desalojar al enemigo es el Batallón Defensores y la compañía del Capitán Areta Arrúe. La pieza de a 8 se ha colocado convenientemente dentro del zaguán de una puerta de la calle que da frente a la casa de Rivero. De repente, aquella se abre de par en par, y el cañón defensor rompe el fuego y por varios puntos salen a la vez y precipitadamente los soldados de Areta Arrúe y del Batallón Defensores. Sorprendidos los sitiadores por una acometida tan brusca e inesperada, los unos huyen despavoridos, y los otros ofrecen poca
resistencia. Fueron muertos a bayonetazos los que no se quisieron rendir. Tomando algunos prisioneros, entre los cuales se encuentran dos desertores del Batallón Defensores.

El 8 de diciembre se convino una tregua que permitió evacuar a parte de las familias y algunos extranjeros, que pasaron a una isla del río Uruguay bajo jurisdicción argentina, la Isla de la Caridad, así llamada desde entonces. En los días siguientes solo hubo cruces de disparos, mientras el pueblo mantenía la esperanzada en el auxilio del Gral. Saa, o en Gral. Urquiza. quien prometió cruzar el río con sus legendarias tropas.Y así, sola con su valiente Gral. Leandro Gómez,  quien junto a sus hombres formados a su lado gritó -¡Juramos vencer o sepultarnos bajo los escombros de Paysandú!. Valientes sin más, Raña, Braga, Fernández Rivero, Aberasturi y Azambuja desenvainaron sus espadas al grito de ¡Juramos Señor!

Los días posteriores el ejército sitiador permanece acampado en diversos parajes de los alrededores de Paysandú pero fuera del alcance de los cañones defensores. Se cambian algunos tiros entre las guardias avanzadas de la Plaza y del enemigo. Por la tarde hacen algunos disparos de artillería que son contestados de la Plaza. La guarnición ha tenido dos heridos de fusil. Todos los heridos son atendidos dentro de trincheras y con laudable esmero por el Doctor Mongrell, que no ha querido abandonarlos, mientras que las señoras que han quedado en Paysandú se han constituido oficiosamente en enfermeras.

La ciudad de Paysandú esperaba el ataque y había iniciado los preparativos para resistir. La parte fortificada o atrincherada abarcaba cinco cuadras de Este a Oeste, y dos de Sur a Norte. Dichas defensas eran deficientes, pues consistían en paredes de barro que por delante a dos metros de distancia tenían unas tablas menores clavadas en fuertes postes y sujetadas a la pared con barrotes de hierro. De modo que las trincheras venían a formar una especie de cajón, el cual se hallaba lleno de tierra. Por la parte exterior se había cavado un foso de dos a tres metros de ancho y en la calle Real, hoy 18 de Julio, había dos portones de hierro, con un puente levadizo que servían para facilitar la entrada y salida de las tropas.

El 15 de diciembre se observa que los sitiadores presentan menos tropas que los días anteriores, pues no se ven más que las guardias y unos cientos de hombres. Sale de la Plaza una fuerza de 500 hombres, que componen el Batallón Defensores, la Compañía de Areta Arrúe, parte de la gente del Coronel Píriz y algunos Guardias Nacionales. Los Jefes que marchan a su frente son el General Gómez, el Coronel Raña, el Comandante don Silvestre Hernández y el Teniente Coronel graduado don Belisario Estomba. Esta fuerza avanza sobre el campamento enemigo, desplegada en guerrillas y con sus reservas correspondientes. Los sitiadores hacen una muy débil resistencia y huyen. Una de las cañoneras nos dispara 4 o 5 tiros, que no ofenden a nadie, pues siendo la parte de la costa de ese lado algo barrancosa, las balas Brasileras pasan por elevación.

Una rara quietud se respira en esos días más allá de algunas detonaciones, pero el 26, el ejército enemigo estrecha el sitio de la plaza, hasta que el 27 de diciembre se escucha al aviso diciendo que a lo lejos se distingue un Ejército.

-Ese es Saa, dice el General Gómez - y dirigiéndose al Jefe del Detall le ordena que mande hacer una salva de 21 cañonazos en celebración de la llegada del Ejército de Reserva, cuya salva la hizo el Capitán don Federico Fernández.

Desde la torre del vigía se ven aproximarse a la Plaza, tres grandes columnas paralelas. Poco después se distinguen banderas. Es el Ejercito Brasilero, al cual el General Flores ha servido de vanguardia.

En ese mismo momento las filas invasoras ascendieron a quince mil, con la incorporación de fuerzas del general brasileño José Luis Mena Barreto. Mientras que la defensa opuso 1086 combatientes a las órdenes de los coroneles Leandro Gómez y Lucas Píriz, y entre ellos se encontraban varios argentinos federalistas de la talla de Rafael Hernández, capitán, periodista y fundador de varios pueblos, además de ser hermano del célebre José Hernández, autor del Martín Fierro, el cual esperaba al otro lado del río Uruguay la oportunidad para unirse a los defensores. Como también el mismo hijo del Gral Urquiza, el Coronel Waldino de Urquiza Calvento, nacido en Concepción del Uruguay el 30 de enero de 1827, quien para detener la invasión del estado oriental por parte del Gral Venancio, pasó al departamento de Salto y de ahí a Paysandú en enero de 1864, del que fue defensor en gloriosas jornadas. Otro de los hijos del Gral. Urquiza involucrado con el pueblo oriental fue Diógenes José de Urquiza Calvento, abogado, diputado, senador, candidato de Gobernador de Entre Ríos en 1881, diplomático, Ministro de la Confederación y agente de negocios de la Provincia de Entre Ríos en el Uruguay, siendo quien le mantenía informado a su padre sobre los sucesos de este territorio en ese momento, casado en Montevideo el 8 de octubre de 1854, con Eloisa Illa Genéz, ascendentes entre otros de los Urquiza-Anchorena Gowland, y a su vez su mujer, prima hermana de Concepción Platero Illa de Areta Arrúe.

-Pelearemos contra los Brasileros y contra Flores, dijo el General, así que diviso las banderas Imperiales. Y si nos toca morir, aquí moriremos por la independencia de la Patria. Cada cual a su puesto de honor!

Desde cada azotea, apostaderos de los vigías, y la cima del Baluarte de la Ley, se les podía ver en sus formaciones hasta el momento en que empezaron a abrirse de forma estratégica, ahí estaban esos dieciséis mil hombres que tenían en sus manos el destino de un puñado de sitiados, mientras acampados a orillas del San Francisco, el Marqués de Tamandaré, Joao Propicio Mena Barreto, Souza Netto, y Venancio Flores, tramaban en que forma se repartirían el botín.

Con el correr de los días, la última plaza que le quedaba al gobierno nacional al norte del Río Negro, se iba dando cuenta que esta batalla la tenía que luchar sola, con su General, capitanes, y lo que quedaba del ejército, sabiendo que ya no vendrían las tropas del Gral. Saa, ni los quince mil jinetes del Gral Justo José de Urquiza cruzarían el río en su ayuda, a pesar de su promesa y de las súplicas de todo un pueblo, de un lado y del otro, aún sabiendo que su propio hijo esperaba por él.

Pero ahí estaban dispuestos a luchar "Hasta el Patíbulo y Más Allá", como gritó el joven y resuelto capitán Areta Arrúe, sumando sus fuerzas a la par del indómito valor que desplegaron los valientes habitantes, quienes marcharon con un "Independencia o Muerte", a viva voz, tal como era el lema de gran Gral. Leandro Gómez- porque para él, lo que estaba en juego en Paysandú era la existencia de su país, el cual era amenazado por la intervención extranjera, más velada, de Buenos Aires, y, abierta, del Brasil, y con todo su coraje se entregaron a la lucha llenando uno de los capítulos más hermosos de la epopeya sanducera al enfrentarse al ataque de una imponente escuadra fluvial del Imperio de Brasil, integrada por las corbetas a vapor Recife, Belmonte y Paranahíba y las cañoneras Ivahý y Araguaia al mando del Marqués de Tamandaré.

Con todo y a pesar de la violencia del bombardeo desde el río y tierra, Paysandú, casi destruida, resistió y la bandera uruguaya aún flameaba en lo alto de la torre de la iglesia en ruinas, despertando una oleada de entusiasmo nacionalista en toda el área, pero el cerco de los sitiadores impidió toda llegada de ayuda. El marqués de Tamandaré quiere la bandera imperial sobre la iglesia, pero la bandera Oriental flamea todavía sobre los escombros de Paysandú…gloria a la Patria!!

Incluso el mismísimo Francisco Solano López, nada pudo hacer, quien confiando en la supuesta "neutralidad" del presidente argentino Bartolomé Mitre, solicitó autorización para cruzar con sus tropas por Misiones en ayuda del Gobierno de Uruguay, y el mandatario argentino rechazó argumentando que permitir que tropas beligerantes atravesaran por su territorio constituía un abandono de la posición hasta entonces públicamente neutral de la Argentina, mientras ocultaba su simpatía con el Partido Colorado del Uruguay.

Finalmente se produce la toma de la plaza por parte de los sitiadores, pero la heroica defensa de Paysandú ante un ataque abrumador y el sacrificio de Leandro Gómez y sus comandantes se convirtieron en una gesta nacional que tornó una derrota militar en una decisiva victoria política que preservó la independencia, la integridad del territorio y la dignidad nacionales.

Al mediodía del 2 de enero de 1865, la ciudad en ruinas es como un animal desollado gritando su dolor. No tiene flores, ni para los entierros, y los pájaros han huido hacia el sol, tras los muertos, y los niños se han ocultado en los regazos de mujeres que lloraron días y noches enteras... y ahora tienen las lágrimas petrificadas en hilos delgados que les surcan las mejillas y los pechos desnudos. La ciudad en ruinas es un montón de paredes derrumbadas, de huecos que antes fueron puertas y ventanas, un tirabuzón de polvo denso, enceguecedor, una nube de moscas furiosas, ávidas de carroña.

Durante los días del sitio, Adolfo Areta Arrúe, dio todo hasta el último aliento, pero la ciudad cayó rendida junto con el, pudiendo salvar su vida por la oportuna intervención de su amigo y hermano Eduardo Olave, quien bajo su responsabilidad lo “sacó del brazo y no lo abandonó hasta dejarlo a salvo”.

Llegado a Montevideo, el 8 de enero de 1865, le fue otorgado el grado de mayor y por pedido del Ministro de Guerra y Marina, don Jacinto Susviela, redacta el parte circunstanciado del sitio, informe que junto al de Aberasturi constituyen las únicas versiones oficiales sobre la defensa de Paysandú. Digno Defensor de la Plaza decía en su Parte de Guerra:"La carnicería ha sido horrible. El pueblo de Paysandú, mas bien dicho su guarnición (porque entre ella había Guardias Nacionales de Tacuarembó y Salto) se han batido con una heroicidad increíble, sin ejemplo en la historia y que cuando se conozca con todos sus verdaderos detalles ese episodio ha de admirar al mundo."

En febrero de 1865, a la hora de la victoria de los rebeldes que desalojaron del poder al Partido Blanco, que era el suyo, él, al igual que su cuñado el capitán Lacalle emigraron a la Argentina, este último fijando residencia en Buenos Aires, donde mostró su oposición a Mitre, y el tiempo lo vería convertirse en Gral. de Brigada y Ministro del Tribunal Militar de Apelaciones, su hijo se llamó Carlos Celestino Lacalle Areta, fue Cónsul uruguayo en España, además de padre Carlos Pedro Lacalle, casado con María Hortensia de Herrera Uriarte, padres de Luis Alberto Lacalle Herrera, 36º Presidente Constitucional de Uruguay. Mientras que Adolfo lo hace a Corrientes, donde contrae matrimonio con alguien digno de su estirpe, formando un entronque patricio al tomar la mano de Ángela Lasala Furriol -(Hija del laureado Cnel. Francisco Lasala Oribe y María Inés de Jesús Furriol y González Luna, sobrina materna de María de los Ángeles Furriol González Luna, casada con el Gral. Eugenio Garzón Avellaneda. Nieta paterna de don Martín Lasala Fernández-Larrazábal y Margarita Oribe y Viana, sobrina nieta materna del Brigadier Gral. Manuel Ceferino Oribe y Viana, 2do Presidente Constitucional del Uruguay y Fundador del Partido Nacional).

Los muros de Paysandú aún estaban humeantes, la ciudad no se reponía de la calamitosa guerra, la gente no comprendía aún como pasó lo que pasó. Sin embargo había que luchar, y así como se luchó en la guerra se lucharía en la paz. Las madres lloraban a sus hijos, los hijos lloraban a sus padres y en medio de esa desolación la ciudad fantasmal se erguía orgullosa mostrando las heridas de una guerra injusta y caprichosa, concebida en la afiebrada mente de Bartolomé Mitre, secundada por el Imperio del Brasil y así marchar juntos al General Venancio Flores hacia el Paraguay, punto final del camino de destrucción americana, y para ello, Francisco Solano López, el presidente de los paraguayos, le dio el motivo perfecto luego que ocupara con sus tropas la provincia de Corrientes en abril de 1865, en respuesta a la negativa de Mitre de cruzar su territorio para socorrer al pueblo uruguayo.

Este acto llevó al marqués de Tamandaré a designar al aristocrático comendador de la Orden de San Benito de Avis (Imperial Ordem de São Bento de Avis), y Capitán de Navío, Francisco Manuel Barrozo, Comandante de las fuerzas de la 2° División Naval. Francisco, quien más tarde habrá de alcanzar de la gracia de don Pedro I, el grado de Almirante de la Armada Imperial y el título nobiliario de barón de Amazonas, estaba casado con señorita de noble cuna oriental, llamada Carmen Álvarez Susviela, medio hermana de Gualberto García Susviela, marido de la mencionada Juana María Arrúe López de Castilla.

Destacada actuación tuvo Barrozo frente a la ciudad de Corrientes al mando de la escuadra brasileña en la batalla del Riachuelo el 11 de junio de 1865, haciendo transmitir por señales a sus buques tres frases que serían célebres en la historia naval brasilera: "Brasil espera que cada hombre cumpla con su deber", "Atacar y destruir al enemigo tan cerca como sea posible" y "Mantener el fuego que la victoria es nuestra".

Mientras que Barrozo combatía desde el río, en las filas de Flores en el Paraguay se foguea quien se convertiría en su yerno, un joven llamado José Saavedra Ramírez, hijo del Teniente Coronel Ramón Cayetano Saavedra Cárdenas y Ana Ramírez, nieto del poderoso andaluz José Ramírez Pérez y María Carrasco, quien de regreso de la guerra abandona las armas, ya que su destino esta en las finanzas y la política. Dejando de su matrimonio con Isabel Barrozo Álvarez distinguida descendencia: Isabel Saavedra Barrozo, quien contrae matrimonio con el ingeniero Conrado García Lagos; Carmen Saavedra Barrozo, casada con Horacio Piñeyrúa Echenique; Luis Saavedra Barrozo, marido de Sara Guani; Carlos Saavedra Barrozo, de Laura Victorica; Amalia Saavedra Barrozo, mujer del banquero Luis Julio Supervielle; Blanca Saavedra Barrozo, quien tomó estado con Manuel Vaeza Ocampo; Alfredo Saavedra Barrozo, marido de Nilda Gregorini; Ricardo Saavedra Barrozo, de Brígida Martino, Margarita Saavedra Barrozo, unida en matrimonio a Buenaventura de Azevedo Tourem; Pilar Saavedra Barrozo, al famoso poeta franco-uruguayo Julio Supervielle Munyo; y Enrique Saavedra Barrozo, juez de paz, marido de Elia María Rodríguez, quienes fueron padres de Arturo Saavedra Rodríguez, marido Ivonne Faget Figari, (Hija del Arq. Raúl Faget y María Margarita Figari Castro, nieta del famoso pintor Pedro Figari Solari y María de Castro Caravia); y de María Elia Saavedra Rodríguez, mujer del ingeniero Luis Topolansky Müller, padres de siete hijos, siendo una de sus hijas es la ex Primera Dama y Senadora Lucía Topolansky Saavedra de Mujica, quien el 13 de septiembre de 2017 asumió la vicepresidencia de Uruguay, convirtiéndose en la primera mujer que asume la vicepresidencia del país.

Otro de los jóvenes protagonistas de esta triste historia fue el ya mencionado Capitán Enrique Pereda Arrúe, quien luego de que sus filas salieran triunfantes, logra reconocimientos que inmediatamente en 1865 hacen que pase a formar parte de la 'División Oriental' en la guerra de Paraguay. Hecha toda la campaña de Corrientes, penetró con los ejércitos aliados en territorio enemigo, y después de actuar en la terrible lucha que señala el avance a la Triple Alianza rumbo a Asunción, tuvo su gran momento militar en el asalto del Boquerón del Sauce, en esa sangrienta Batalla del 18 de julio de 1866, donde muerto su jefe, el coronel León de Palleja, sobre las propias trincheras paraguayas, fuera de combate ya el 2do jefe, el capitán ayudante, Pereda Arrúe, como capitán de la 1era compañía, asumió el mando del Florida, y en medio del fragor de la pelea, bajo la lluvia de balas paraguayas, ordenó presentar armas al cuerpo del jefe que sus soldados retiraban de la línea. El diezmado batallón, suspendiendo por un instante el fuego, rindió los honores como en una parada. Ese honorable acto envolvió en una aureola de heroicidad la figura de Enrique Pereda Arrúe desde aquel día, y al regresar de la campaña Montevideo victoreó por las calles al valiente entre los valientes capitán del Florida, de fina silueta, casi frágil y fisonomía dulce, que no contaba todavía con 24 años pero sí con una inquebrantable entereza cívica. Al tiempo formará un hogar patricio al tomar la mano en matrimonio de Emilia Castellanos Morales, descendiente del distinguido Dr. Francisco Remigio Castellanos, hombre adicto al movimiento revolucionario de 1810, asesor del Cabildo de Buenos Aires, integrante en la Banda Oriental de la Junta Municipal Gubernativa en 1813, Diputado en el Congreso General Constituyente de 1824, entre otros múltiples cargos. Hija de Eduardo Castellanos Elías y Emilia Morales Irigoyen.

Así como la Defensa de Paysandú debería hincharle el pecho de orgullo a cada sanducero, son pocos los capítulos en la injusta y triste Guerra contra los hermanos paraguayos que pueden producir ese sentimiento, tal vez la valentía y sentido de honor de este joven militar llamado Enrique Pereda Arrúe sea uno de ellos.

El sitio formó parte de un proceso regional, tal vez uno de los episodios más fascinantes y tristes a nivel de la historia nacional, como de América del Sur, ya que fue el preámbulo de la cruel Guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay. Guerra en la cual el Brasil, aliado con Argentina y el nuevo gobierno colorado de Uruguay demostraron hasta que punto el ser humano puede destruir por codicia. Paraguay “evolucionaba independientemente hacia una civilización capitalista industrial” pero la Guerra de la Triple Infamia“ fue a cortar esa evolución progresiva”.


Coronel Enrique Pereda Arrúe
Vuelta del Paraguay

Coronel Enrique Pereda Arrúe, junto al diezmado Batallón Florida
rindiendo honores al caído Cnel. León de Palleja
"Batalla de Boquerón del Sauce"
Alte. Francisco Manuel Barrozo
Barón de Amazonas
Tatarabuelo de Lucía Topolansky Saavedra






Armado y Recopilación:
Diego Castro Arrúe

Bibliografía
Fernández Saldaña J.M. "Diccionario Uruguayo de Biografías". Montevideo 1945.
Gordon Eduardo Guillermo. "La Nueva Numancia". Concordia. 1865.
Schulkin Augusto. "Historia de Paysandú. Dicc. Biográfico". Bs. As. 1958.
Zum Felde Alberto. "Proceso Intelectual del Uruguay". Mdeo. 1967.
Goldaracena Ricardo "El Libro de los Linajes".
Pagano Mabel "Elisa Lynch, una irlandesa en el Paraguay"
Delgado Aparaín Mario "No robarás las botas de los muertos"
Chirico, Gabriel "Genealogía Familia Urquiza" Revista Genealogía Familiar. T. Nro. 8

Sitios web. consultados:
http://www.museosinfronteras.com/
http://www2.ejercito.mil.uy/
https://www.histarmar.com.ar/InfHistorica-8/Paysandu
https://www.elpais.com.uy/opinion/columnistas/juan-oribe-stemmer/heroica-paysandu.html