Edelmira Martínez Álzaga de Álzaga
Perdida entre las montañas de Burgos, la minúscula villa de San Martín de las Ollas desgrana memorias del Romancero y del Cid, de infantes y condes, la historia y la gloria de Castilla la Vieja rebosando entre las piedras de un rincón de la ilustre memoria donde las ruinas de campanarios y torreones góticos denuncian la inclemencia devastadora de los siglos.
En ese remoto rincón de Castilla nace por 1740 Fernando Martínez, hijo del matrimonio formado por los nobles lugareños Gregorio Martínez y Ana María Alonso de la Peña. Antes de cumplir 30 años ya está en Buenos Aires, donde se casa con Martina Gómez de Saravia, dama de abolengo hispano-criollo, hija de don Pedro Gómez de Saravia y Martina Quijano y Palacios.
En 1770 el matrimonio se instala en Montevideo, "residente y del comercio" de esta ciudad, Martínez compra en ese año un terreno urbano a Francisco de Lores. Tres años más tarde es el Alférez Real del Cabildo y más adelante se le hallará invariablemente mencionado en los documentos con su grado de Capitán de Milicias.
Tiempo más tarde, Fernando Martínez adquiere extenso latifundio entre los ríos Yí y Negro. Aquellos campos comprenden la friolera de casi un millón de cuadras, extendiéndose por la costa del río Yí, desde la barra del Caballero hasta el Antonio Herrera, sigue aguas arriba llegando al Chileno y por este al río Negro hacia la desembocadura del Mollecitos donde remonta la Cuchilla Grande hasta el Yí nuevamente. Sin lugar a dudas se esta ante una colosal fortuna en campos, acaso una de las más opulentas del virreinato, la cual no fue ajena al mal llamado y peor ejecutado "Reglamento de Tierras de 1815" que no fuera más que un despojo de tierras y reparto de un botín, siendo “confiscados” y repartidos parte de los campos pertenecientes a los herederos de la Casa Martínez Gómez de Saravia.
Desde su afincamiento en Montevideo, la casa de Fernando Martínez Alonso de la Peña y Martina Gómez de Saravia empieza a poblarse de hijos. En 1774 viene al mundo Fernando Félix, que habrá de morir muy joven; en 1777, Diego Martín; en 1781 Tomasa Josefa Petrona, dos años después, Alejandro María, quien permanecerá soltero; en 1789 Saturnina María Francisca; en 1797 María del Carmen Feliciana Francisca de Paula; y en 1800 María Mercedes Ramona Juana Josefa, soltera. Intercalados con éstos otros seis hijos del matrimonio que murieron en la infancia, aparecen también bautizados en la Catedral de Montevideo.
De los hijos, los que se casan lo hacen formando hogares de campanillas:
Tomasa Josefa Martínez Gómez de Saravia, contrae matrimonio con Domingo de Allende Salazar.
Saturnina María Francisca Martínez Gómez de Saravia, contrajo matrimonio con el Dr. León Policarpo de Pereda y Saravia, abogado, graduado en Chuquisaca, quien se desempeñó como asesor general y auditor de Guerra de la presidencia de Quito y como oidor honorario de la Real Audiencia de Guatemala. Hermano del Sacerdote, canónigo y teólogo Manuel José de Pereda y Saravia, el cual había nacido el 28 de marzo de 1778 en Buenos Aires, estudió Filosofía y Teología y en Chile concluyó los estudios y se graduó como bachiller en 1800. De vuelta en su país, tomó los hábitos sacerdotales y hacia 1804 ya se desempeñaba como ayudante del cura de Quilmes. Asimismo, entre 1801 y 1810 se desempeñó como secretario del Colegio Real de San Carlos, sucediendo en esa función a su mencionado hermano. Hacia fines de 1809 figuraba como capellán del Batallón de Artillería Volante y desde 1813 fue secretario del Seminario Conciliar. Fueron hijos de don Manuel Santos Pereda y María Antonia Pérez de Saravia. De la unión de León y Saturnina nace su primogénito León de Pereda Martínez, quien forma un hogar patricio el 14 de septiembre de 1834 al tomar la mano en matrimonio de Casiana Arrúe López de Castilla -Hija de José Antonio Arrúe de Ipenza -(Descendiente de Martín Arrúe Olaso Irazusta y Ana Francisca de Ipenza Campos y Arteaga)- y de doña María Bernarda López de Castilla y Cáceres, criolla de rancio abolengo hispano. Al igual que don Fernando Martínez, José Antonio Arrúe de Ipenza, compartía su fidelidad hacia la Corona, lo que les valió ser catalogados como "Mal Europeos y Peores Americanos", produciendo el despojo de sus tierras, las cuales comprenden entre otras a la histórica estancia "Azotea de Arrúe", donde el General Artigas y sus tropas se alojaron y el 25 de noviembre de 1813, para firmar con los delegados de Manuel de Sarratea, el "Pacto del Yi", en el cual Artigas, quedaba designado como Jefe del Ejército Oriental.
El matrimonio Pereda Arrúe tuvo dos hijos:
Enrique Francisco Pereda Arrúe, nacido el 25 de octubre de 1843 y muerto en 1893. Destacado Militar uruguayo el cual había iniciado su carrera de armas en 1863 en el ejército colorado revolucionario del Gral. Venancio Flores en aquella "Cruzada Libertadora" contra el gobierno blanco de Bernardo Berro y Atanasio Aguirre. Guerra civil orquestada por la venganza de los colorados y los intereses políticos y económicos de Argentina y Brasil, en la cual le tocó luchar contra su propio primo hermano, el capitán oribista Adolfo Areta Arrúe, hijo del Capitán de las Guardias Nacionales, Juan Manuel Areta Landuaceres y de Celestina Arrúe López de Castilla. En 1865, integró la 'División Oriental' en la nefasta y cruel guerra contra los hermanos del Paraguay en la que fue protagonista principal de la batalla de Boquerón, cuando al caer mortalmente herido el coronel uruguayo Palleja, asume el mando del Batallón Florida'. Pereda Arrúe, en ese entonces capitán, rescatando el cuerpo de Palleja de entre las trincheras paraguayas, ordena a sus soldados presentarle armas en el campo de batalla. Alcanzó el grado de coronel en 1891, fue Jefe político de Montevideo entre 1873 y 1874, y miembro del consejo de guerra en 1866. Enrique, formó otro entronque patricio al tomar la mano en matrimonio de Emilia Castellanos Morales -hija de Eduardo Castellanos Elías y Emilia Morales Irigoyen -hermana de Eduardo Castellanos, marido de Clara Balparda y de Alfredo Eustaquio Castellanos, quien toma estado con Concepción Muñoz -hija del Dr. Enrique Muñoz Herrera y de Dolores Liberata Vidal y Batlle. Casiana Pereda Arrúe, se convierte en mujer de Eduardo Flores García- hijo del militar y político uruguayo, Presidente de la República en los períodos de 1853-1855 y 1865-1868, Gral. Venancio Flores, y María García Zamora. Padres de Venancio Flores Pereda.
María del Carmen Feliciana Martínez Gómez de Saravia, unida en matrimonio al Teniente Coronel de los Reales Ejércitos, Ambrosio del Gallo, militar del ejército español que combatió en la guerra de Independencia Argentina. Había embarcado el 5 de mayo de 1813 rumbo al Río de la Plata junto al regimiento Lorca, un escuadrón de granaderos a caballo de Galicia y un destacamento de artillería, a bordo de cuatro fragatas mercantes convoyadas por la fragata de guerra Prueba, al mando del capitán de navío Francisco Javier de Ulloa, llegando a Montevideo el 23 de agosto del corriente año. Padres de Doña Filomena del Gallo y Martínez, unida en matrimonio a Juan Bautista Cabarrús y Escalante, hijo de Juan Baptista Cabarrús y Cacho de Herrera, Integrante del Real Tribunal del Consulado de Manila, de origen francés y primo carnal del conde de Cabarrús, ministro del rey José Bonaparte.
Por último el más destacado de este linaje fue Diego Martín Martínez Gómez de Saravia, quien inicia su carrera militar al servicio del Rey: es Alférez de Caballería en 1812. Tiene ochenta y cuatro años cuando dicta su testamento, el 16 de mayo de 1862, antes Carlos Casaravilla. Conserva todavía una caudalosa fortuna en campos, parte de la monumental propiedad paterna.
Se había casado con Bonifacia Martínez, santafecina, hija de Baltasar Martínez y María Ignacia Morlíus Crespo- esta última hermana de Agustina Morlíus Crespo, casada con Esteban Justo García de Zúñiga, (de la rama de Mateo, el que fue Gobernador de Entre Ríos) -abuelos de Clara García de Zúñiga García de Zúñiga, unida en matrimonio a Tomás Manuel de Anchorena, y estos de Joaquín Samuel del Corazón de Jesús de Anchorena Riglos, Presidente de la Asociación Rural, del Jockey Club de Buenos Aires e Intendente de esa ciudad. Casado con Sara Justa Madero Arteaga, descendiente de Carlos Anacleto de Arteaga Gómez y hna de Guillermo Víctor Madero Arteaga, marido de Magdalena Rosa García Calvo, descendiente de Juana María Arrúe López de Castilla de García Susviela.
Los hijos de Diego Martín y Bonifacia se llamaron:
Dolores Martínez Martínez, casada con su tío materno Tomás Martínez Morlíus.
Fernando Martínez Martínez, que tiene el grado de Capitán de Artillería, cuando se casa en Las Piedras, el 25 de agosto de 1851, con su prima hermana Lucía de Álzaga. Padres de Edelmira Martinez Álzaga, unida en matrimonio el 13 de mayo de 1871 en Montevideo a su tío Martín José de Álzaga Martínez. De esta unión nace el 13 de mayo de 1873, María Lucía de Álzaga Martínez, siendo bautizada en la parroquia San Francisco de Asis de Montevideo el 21 de agosto del mismo año. Apadrinada por el Gral. D. Lucas Moreno y Lucía de Álzaga Martínez.
Baltazar Martínez Martínez, de quien no quedan mayores rastros en Uruguay.
Mariano Gumersindo Martínez Martínez -uno de los fundadores en 1871 de la Asociación Rural del Uruguay.
Francisco de Paula Martínez Martínez, toma estado el 2 de febrero de 1856 con su prima hermana Cecilia de Álzaga Martínez, -hermana de Lucía y Martín, e hijas de Cecilio de Álzaga Carrera -(Nacido y bautizado el 21 de noviembre de 1785 en Buenos Aires, donde realizó sus estudios en el Real Colegio de San Carlos, dedicándose luego a los negocios asociado con su padre. Enemigo de las ideas revolucionarias de Mayo de 1810 se incorporó en 1811 a las tropas realistas de Montevideo donde prestó servicios de patrullaje hasta el 2 de Noviembre del mismo año. Vuelto a Buenos Aires participó en la famosa conspiración tramada por su padre, logrando huir a Montevideo luego del fracaso de ésta. En Montevideo se alistó en las Milicias de Artillería emigrando a Río de Janeiro luego de caída la misma, donde permaneció entre 1814 y 1818. Radicado en Cádiz, España, en 1819 fue autor de un plan de reconquista del Río de la Plata fechado en Cádiz el 21 de enero de 1825 que se titula “Apuntes sobre la Revolución de Buenos Aires y medios de sofocarla por sus mismos secuaces”, que fue archivada sin mayor estudio. Asimismo elaboró un proyecto de Código de Comercio para la República Oriental del Uruguay. Falleció en Cádiz, España, hacia 1845); y de Francisca Antonia Martínez Morlíus, casados el 20 de junio de 1821 en Montevideo -nieta paterna del célebre ajusticiado don Martín de Álzaga y Olavarría, héroe de la Defensa, quien fuera un riquísimo comerciante, estanciero y político español de importante actuación en el Virreinato del Río de la Plata, especialmente por su participación en el rechazo de las Invasiones Inglesas. Cuando en 1806 se produjo la primera de las Invasiones Inglesas en Buenos Aires, puso su fortuna al servicio de la Reconquista. Organizó un grupo de conspiradores, el que se unió a otros que tenían el mismo objetivo, formados también por poderosos comerciantes, como Anselmo Sáenz-Valiente y Juan Martín de Pueyrredón. Cuando Santiago de Liniers llegó desde Montevideo y comenzó la Reconquista de Buenos Aires, el 12 de agosto, apareció de repente el ejército secreto de Álzaga y los ingleses fueron rápidamente vencidos. La rendición de Beresford no tardó en llegar salvándose el Virreinato del Río de la Plata del dominio de la corona británica. (Cabe resaltar que cuando Liniers redactó las capitulaciones exigiendo a los ingleses su rendición, al leerlas don Martín de Álzaga, este, le indicó que faltaba en las mismas la retirada de los ingleses de Montevideo. Ante la observación, Liniers argumentó que ese pedido podría parecer desmedido y hacer fracasar el acuerdo con los británicos que todavía contaban con medio ejército sin emplearse y la flota en el río. Sin embargo Martín insistió y logró que en esta cláusula figurara además de la rendición de Whitelocke, el abandonar en un plazo de dos meses a Montevideo. De no ser así, esta ciudad hubiese quedado como enclave de la monarquía británica en el Río de la Plata.
Esa participación fue decisiva para que Montevideo fuese devuelta por parte de los ingleses. Las tropas británicas se retiraron de Buenos Aires y el 9 de septiembre de 1807, abandonarían la Banda Oriental).
Diego Julián Martínez Martínez, forma en 1856 otro enlace patricio al tomar la mano en matrimonio de Edelmira Areta Arrúe, hija de Juan Manuel Areta Landuaceres, descendiente de primeros pobladores, nacido en 1800, miembro de la Hermandad de la Caridad y Capitán de las Guardias Nacionales al servicio del gobierno del Cerrito durante la Guerra Grande, casado el 25 de julio de 1828 en la Iglesia Matriz de Montevideo con Celestina Arrúe López de Castilla.
En el año 1879 consta el matrimonio de su unigénita, Edelmira Martínez Areta con Juan Pedro Méndez-Caldeira de la Torre, -Descendiente de aquella distinguida familia que en mayo de 1811, junto a otras treinta familias de las más representativas del patriciado resultan afectadas por ser simpatizantes de la insurrección. Hijo del Tte. Coronel Pantaleón Méndez-Caldeira Bedoya, luego designado Comandante Militar del Durazno en 1847, adicto a Oribe durante la Guerra Grande- y de Juana Petrona de la Torre, sobrino de Angélica Méndez-Caldeira Bedoya, mujer de Pedro Villademoros Palomeque y Juan Gualberto Méndez-Caldeira Bedoya, marido de Josefina Pereira Vidal- hija de Gabriel Pereira -Presidente de la República.
De la unión de Juan Pedro y Edelmira, nace en la ciudad de Montevideo un 20 de enero de 1884, Edelmira Méndez-Caldeira Martínez.
Bibliografía:
“El Libro de los Linajes”, Ricardo Goldaracena
“Bases económicas de la revolución artiguista”, José Pedro Barrán, Benjamín Nahum
“Artigas, tierra y revolución” N. de la Torre, Julio C. Rodríguez y Lucía Sala de Touron
Páginas webs consultadas:
www.artigas.org.uy
www.minterior.gub.uy
Recopilación y armado:
Diego Castro Arrúe